En el marco del Día Internacional contra el Maltrato y el Abuso Sexual de Niñas, Niños y Adolescentes, el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) presentó este lunes su informe de gestión anual correspondiente a 2021. El documento señala que, a lo largo del año pasado, se trabajó en un total de 7.035 situaciones de violencia hacia niñas, niños y adolescentes, lo que implica la intervención en un promedio de 19 casos por día. De ese total de casos, 2.882 corresponden a nuevas situaciones ingresadas al sistema durante 2021.

La cifra representa un aumento de 43% respecto de 2020, año en el que se registraron 4.911 casos de violencia. El Sipiav aclara, como todos los años, que el incremento no implica necesariamente un aumento de la violencia, sino que refleja que “continúa aumentando, año a año, la capacidad de detección, registro e intervención en casos de violencia”.

La directora y coordinadora del Sipiav, María Elena Mizrahi, dijo durante la presentación del informe que el aumento “está asociado al levantamiento paulatino de las medidas” que se tomaron durante la emergencia sanitaria. Por un lado, porque ese contexto motivó el retorno de los equipos técnicos a la presencialidad, lo cual fortaleció la “capacidad de detección” del sistema de respuesta, pero además porque el regreso de las niñas, niños y adolescentes a los centros educativos habilitó el espacio para que puedan plantear situaciones de violencia.

De hecho, las autoridades del INAU explicaron que las situaciones recogidas en el informe fueron detectadas y trabajadas con niñas, niños y adolescentes en el sistema educativo, en Salud Pública y en el propio instituto.

Al igual que en los años anteriores, la mayoría de las situaciones de violencia detectadas en 2021 afectó a niñas y adolescentes mujeres (55%), frente a 45% de casos que involucraron a varones. En cuanto al desglose por franjas etarias, se repite que el tramo de edades en las que se registran más situaciones de violencia es el que va de seis a 12 años (37%), seguido de la franja de 13 a 17 (35%). El informe destaca que una de cada cinco situaciones registradas corresponde a niñas y niños de cinco años o menos (19%), un porcentaje que aumentó 2% respecto del año anterior.

Al realizar el cruce de datos sobre edades y género, el análisis no encuentra diferencias significativas entre niñas y niños hasta los cinco años, pero a medida que aumenta la edad se visualiza un mayor aumento en niñas y adolescentes mujeres en las situaciones intervenidas. “Esta tendencia se mantiene presente desde que presentamos los informes anuales, confirmando, una vez más, que la variable sexo es un indicador de vulnerabilidad en las situaciones de violencia, colocando a niñas y adolescentes mujeres en un lugar de mayor probabilidad de sufrir maltrato y/o abuso”, especifica el informe.

Por otra parte, el principal tipo de violencia registrado fue el maltrato emocional (37%), seguido por la negligencia (24%), el abuso sexual (20%), la violencia física (17%) y la explotación sexual (2%). Si se analizan los tipos de violencia según el género de las víctimas, se deduce que los únicos casos en los cuales hay una diferencia significativa son en las violencias sexuales, donde se registra una “absoluta prevalencia” de las niñas y las adolescentes, detalla el documento. Así, ellas son las afectadas en 87% de los casos de explotación sexual comercial y en 76% de los abusos sexuales.

Respecto de la frecuencia y la cronicidad de las situaciones registradas, el Sipiav resaltó que tres de cada cuatro situaciones refieren a episodios que ocurrieron en forma recurrente al momento de la detección.

El organismo reiteró además que existe una “alta naturalización” de las situaciones de violencia por parte de las niñas, niños y adolescentes. En ese sentido, resaltó que sólo uno o una de cada tres logra visualizarlas como tales.

Las personas agresoras

El psicólogo y también coordinador del Sipiav, Adarcio Battaglia, dijo en la conferencia que, en relación al perfil de las personas que agreden, la tendencia se “mantiene incambiada”. En esa línea, aseguró que los padres siguen siendo los principales agresores (39%), seguido de las madres (23%).

Además, destacó que nueve de cada diez de las personas que ejercen violencia (91%) son familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia de las niñas, niños y adolescentes. De ese total, más de la mitad corresponde a personas de entre 30 y 44 años.

“La violencia contra nuestros niños, niñas y adolescentes es un problema grave, que se reproduce y crece”, advirtió el presidente del INAU, Pablo Abdala. “Debemos instalar el tema en la agenda y concientizar a nuestros ciudadanos sobre la cercanía del problema. No podemos mirar para el costado y asumir que la violación de los derechos, sobre todo en el ámbito familiar, es una realidad con la que convivimos”, insistió.

En el mismo sentido, la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, consideró que los números presentados “reflejan un grave problema social” y dijo que “de esto no salimos si no existe un permanente ejercicio de visualizar el problema por parte de todos los uruguayos”. “Hay que hacerse cargo como sociedad”, agregó.