El colectivo Riversidad-ATRU, que es el resultado de la fusión entre los colectivos Riversidad y la Asociación Trans del Uruguay, organizó la Quinta Marcha Binacional de la Diversidad, en la frontera de Rivera y Santana do Livramento.
Para esta edición se eligió comenzar con una concentración en la plaza Flores, ubicada en la capital departamental, a las 17.00. Hasta allí llegó una multitud de manifestantes de todas las edades con sus pancartas y banderas de la diversidad. Los jóvenes cantaron y bailaron con el hit de Gloria Gaynor “I will survive” y con “¿A quién le importa?”, de Talía.
Sebastián Güida, integrante del colectivo que llevó adelante la organización del evento, explicó a la diaria que se hizo difícil informar a la población sobre la marcha. En ese sentido, dijo que “en las redes sociales todo está tan polarizado” que se vuelve complejo “llegar a nuestro público objetivo”. Sin embargo, agregó que al “ver tantas caras nuevas y tanta juventud nos damos cuenta de que la información llegó”.
La marcha
Luego de casi dos horas en la plaza comenzó la caminata, que tenía por objetivo llegar al Parque Internacional, cuya administración y mantenimiento es compartido por los municipios de Livramento y Rivera. Los manifestantes marcharon con ánimo festivo por la avenida Sarandí, que es la principal de la capital departamental.
Durante el trayecto algunas personas que se encontraban en distintos locales gastronómicos ubicados en Sarandí se aproximaron para sacar fotos y disfrutar la música. Sobre las 19.00 los manifestantes finalmente llegaron al Parque Internacional, luego de transitar las 11 cuadras que los separaban de la plaza Flores.
Nicolle Casaravilla, representante de Riversidad-ATRU, pronunció la proclama del colectivo. Recordó que se trataba de “un día de reencuentro, de celebración, pero también de reivindicación”. En ese sentido, la proclama de este año fue: “Por respeto a las identidades de género y a las disidencias en las trayectorias educativas”.
Sobre eso Casaravilla dijo que en “nuestra frontera se vulneran los derechos de niñas, niños y adolescentes en instituciones educativas”. Agregó que “no se respetan sus identidades sexo-genéricas”. Afirmó, ante el aplauso del público, que dichas instituciones “deberían garantizar el derecho a la educación y asegurar la continuidad educativa de todas las personas, sin discriminación alguna”.
Además, Casaravilla dijo al portal Distintas Latitudes en julio de este año que sufrió discriminación por parte de un docente de secundaria que no respetó su identidad trans, mientras cursaba sexto año de Derecho. En la proclama también denunció que hay docentes que “sufren persecución institucional porque entienden la necesidad de formar a ciudadanos respetuosos de la diversidad sexo-genérica”.
También tuvo lugar la proclama del colectivo Madres de la Diversidad, que fue leída por su representante, Alejandra Rabazza, quien afirmó que “nos dimos cuenta de que son muchas y variadas las presiones que provienen de la cultura violenta, machista y patriarcal”, en la que “reina la heterosexualidad como única forma de concebir las relaciones sociales”, añadió.
En el mismo sentido, Rabazza dijo que a partir de haber constatado lo anterior “decidimos crear esta herramienta de apoyo a estas súper madres”. Por otro lado, recomendó a todas las madres “acompañar y apoyar el proceso de formación de identidad” de sus hijos, ya que estos jóvenes vienen a construir “otro mundo, un mundo más libre, auténtico y diverso”.
Lo que siguió a la proclama fue un show en el que participaron distintos grupos artísticos, con espectáculos musicales y de danza.
El camino hacia la quinta marcha
Güida contó que el trabajo de la mesa coordinadora de la marcha comenzó en junio, ya que es necesario “tejer vínculos entre distintas instituciones”. Señaló que este año también recibió el apoyo de empresas privadas y de distintos sindicatos, además del ya tradicional apoyo de algunas instituciones estatales, como la intendencia departamental, el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Turismo y el municipio de Livramento.
La primera marcha en la frontera se realizó en 2016, debido a que un miembro de la comunidad recibió una golpiza, según dijo Casaravilla a la diaria. Esto motivó la necesidad de marchar y de expresarse en contra de este tipo de actos. Según Güida, la convocatoria de la marcha crece edición tras edición. Por otro lado, comentó que este año se volvió a marchar, luego de dos años en los que el evento fue suspendido por la pandemia de coronavirus.