“Si vas para el interior, no te vayas a dar un pico con tu novio o tu novia porque igual te apedrean en la plaza”, dijo un varón gay de 26 años entrevistado para la consultoría Estado de situación de las personas LGBTIQ+ en el departamento de Florida, cuyas conclusiones fueron presentadas la semana pasada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Onusida y la Intendencia de Florida.

El salón de honor Ursino Barreiro del palacete municipal fue la locación de una actividad que comenzó como conferencia y culminó como instancia de reclamos de los representantes de colectivos tanto hacia la intendencia como hacia el ámbito legislativo nacional. Fue, además, un espacio de debate, no sólo entre autoridades de la comuna e integrantes de los colectivos, sino también entre mujeres trans de diferentes puntos del departamento. El intercambio se generó luego de las exposiciones del sociólogo Juan José Meré, asesor de UNFPA, y las licenciadas Estefanía Cabrera y Cecilia Fontana –pata local de la investigación–, que mostraron avances y estancamientos en la situación de la población LGBTI en el departamento. La mesa estuvo integrada también por el director de Desarrollo Social de la intendencia, Luis Oliva, la referente del área de Diversidad de la comuna, María Ecilda Albarenga, y la psicóloga Carolina Rey.

“Que se esté hablando de esto en un edificio de la intendencia ya habla muchísimo, y que personas trans estemos sentadas acá, también”, dijo desde el público una joven trans de 17 años, casi como epílogo de la instancia de informes, reclamos y debate.

Sí, pero no

“Estancada”. Esa fue la palabra que utilizó Meré para describir el estado de situación de acuerdo a los resultados del estudio. El trabajo recogió respuestas de los colectivos LGBTI de Florida y, por otra parte, entrevistó a 25 personas de entre 15 y 65 años de las localidades de Mendoza, Florida, Casupá, 25 de Agosto, Reboledo, Sarandí Grande, Cerro Colorado, San Gabriel y Fray Marcos.

“Ha habido avances, pero hay como un parate en el cupo laboral” para personas trans, explicó el asesor de UNFPA, quien agregó que esta población es la que “sufre la mayor vulneración de sus derechos”. “Se siguen dando situaciones de discriminación, incluso de violencia, y se destacan los avances en salud y educación. Pero el gran reclamo sigue siendo el de por lo menos aprovechar la herramienta del cupo laboral, que es una oportunidad, para las instituciones públicas, de generar empleo genuino”, apuntó Meré.

Sobre ese punto en particular fue que se originó el debate una vez terminada la conferencia. Hubo planteos acerca de los llamados para cumplir con el cupo laboral de 1% en instituciones públicas que establece la Ley Integral para Personas Trans, debido a que, especialmente en departamentos como Florida, es difícil que una mujer trans mayor no haya sido expulsada del sistema educativo antes de haber podido terminar el bachillerato. También hubo voces que criticaron que la participación en el programa Jornales Solidarios exigiera renunciar a la pensión reparatoria. “Las personas trans precisan empleabilidad y las instituciones públicas tendrían que mejorar un poco más los perfiles del llamado”, recomendó Meré.

En cuanto a la situación en la educación, el informe indica que “ha habido avances” y que “hay profesores y profesoras que tienen una mirada más inclusiva”. A su vez, Meré dijo que también surge “un reconocimiento a la calidad de la atención en salud, incluyendo los procesos de hormonización”.

“A nivel social ocurre que muchas veces los jóvenes tienen actitudes discriminatorias” hacia las personas LGBTI, pero también se registra esto en el contexto de las parejas, añadió el sociólogo. En tal sentido, recomendó a los colectivos “trabajar más en los temas de la violencia dentro de la pareja”. “En cuanto a las instituciones públicas, el reclamo es mejorar el trato”, dijo el asesor de UNFPA.

Meré destacó el hecho de que la Intendencia de Florida tenga un área de Diversidad, algo que en Uruguay sólo tienen otros dos departamentos: Rocha y Montevideo.

Desempleo y otras violencias

Por su parte, Cabrera y Fontana analizaron las principales dificultades que han atravesado y atraviesan las personas LGBTI, según la narración de las historias personales. En el caso de las lesbianas, “la totalidad de las mujeres que residen en localidades del interior del departamento mencionan que existen dificultades para poder expresarse libremente en los diferentes ámbitos de su vida cotidiana”.

Respecto de los varones gays, “resulta alarmante la gran cantidad de actos violentos y sufrimiento a los que se vieron expuestos la mayoría de los entrevistados, tanto desde el ámbito familiar, de los centros educativos y servicios de salud, trascendiendo diferentes contextos, situaciones y temporalidad”.

En las respuestas de mujeres bisexuales, “se expresa la fuerte necesidad de espacios inclusivos en el interior” del departamento.

En tanto, entre las problemáticas de mujeres trans y varones trans, el informe señala que “más de la mitad de los/las entrevistados/as que realizan una actividad laboral se dedican a emprendimientos propios, trabajando por su cuenta debido a las limitaciones que encuentran al momento de buscar y conseguir un empleo”.

En el cierre se presentaron algunas citas textuales de las personas entrevistadas, en las que analizan o cuentan situaciones vividas en diferentes ámbitos. El testimonio de una adolescente trans de 17 años decía: “Un profesor me sentó en el medio del patio porque un compañero había dicho que yo decía que respeten mi nombre. Él me sentó y me dijo: ‘Si tu cédula dice este nombre, te vamos a decir de este nombre’”.