La mexicana Anahí Rodríguez se enteró en 2019 que un año antes Colombia había eliminado el IVA a las toallas sanitarias y tampones, convirtiéndose en el primer país de América Latina en quitar ese impuesto a los productos de higiene menstrual. Hasta ese momento, Rodríguez no sabía más de menstruación que lo que saben la mayoría de las personas que menstrúan, pero investigó y se enteró de que en México a los productos menstruales se les aplicaba una tasa de 16% de IVA. Sin tener demasiado argumento, entendió que eso no estaba bien, le dio bronca y decidió comenzar su militancia para revertir una situación que creyó injusta.
Si bien Rodríguez había trabajado en temas de acceso a derechos sexuales y reproductivos en Oxfam México, no sabía mucho sobre menstruación. Pero investigó, se cuestionó, invitó a amigas, a colegas, a organizaciones y hasta a legisladoras para que se sumaran a su causa. “Ya se me había metido esa espinita de, güey, ¿por qué nadie está hablando de esto? Me parece increíble que la mitad de la población vamos a menstruar o estamos menstruando y que no se hable”, cuenta en entrevista con la diaria.
Sentada en el living de su casa en Coyoacán, Ciudad de México, Rodríguez relata cómo Menstruación Digna México hackeó el sistema y logró que se elimine el 16% del IVA de los productos de gestión menstrual en todo el país. Un hecho que benefició a, por lo menos, 64 millones de mujeres que viven en México y usan estos productos durante alrededor de 40 años.
“Un impuesto discriminatorio y sexista”
Sólo 27 países en el mundo eliminaron la tasa del IVA de los productos menstruales, según datos de la empresa Statista. Entre ellos están Colombia, México e India. En el Cono Sur de América Latina aún no ha habido avances en este sentido. La eliminación del IVA de los productos de gestión menstrual es una discusión más que necesaria en la región: Uruguay y Argentina tienen las tasas de IVA más altas de América Latina: 22% y 21%, respectivamente.
De todas formas, recientemente el gobierno de Brasil lanzó un programa de salud menstrual que garantiza toallitas gratuitas a mujeres en situación de vulnerabilidad; el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de Argentina puso en marcha el Programa MenstruAR con el objetivo de reducir el factor de desigualdad que implica la menstruación; y la Intendencia de Montevideo implementó un proyecto de gestión menstrual que consiste, entre otras acciones, en entregar más de 1.000 kits de productos menstruales.
Para cuando Rodríguez se empezó a cuestionar en México sobre el impuesto a los productos de gestión menstrual en 2019, el Estado llegaba a recaudar más de 3.400 millones de pesos mexicanos al año con ese impuesto, de acuerdo a datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de ese país. “Este es un impuesto discriminatorio y sexista porque lo estaba pagando la mitad de la población y la otra no”, dice de forma muy concisa. El gasto adicional de las mujeres y personas menstruantes para gestionar su menstruación fue el argumento inicial que llevó a Menstruación Digna México hasta los más altos niveles de incidencia política en un país en el que la menstruación no era parte de la agenda política ni pública.
Al comienzo, esta articulación se compuso por tres organizaciones de la sociedad civil y cinco personas que tenían muy claro su objetivo: hacer incidencia política. “Mapeamos lo que hacía falta. Yo no iba a hacer educación menstrual porque no soy educadora menstrual. No iba a donar toallas porque ya hay muchas más colectivas que lo están haciendo. Lo que hacía falta era hacer incidencia”, recuerda Rodríguez.
Para ella las alianzas fueron clave. Se contactó con integrantes de Ecofeminita, una organización que desde hace años desarrolla la campaña por justicia menstrual #MenstruAcción en Argentina. Ellas tienen tres reclamos u objetivos que Menstruación Digna adoptó: la eliminación del IVA en los productos de gestión menstrual, la provisión gratuita de estos productos en espacios comunitarios, y la promoción de la investigación y socialización de datos al respecto.
A medida que fueron generando alianzas con otras organizaciones, se contactaron con legisladoras interesadas en el tema. Pero “para hacer política pública se necesitan datos, y en ese momento no había datos ni estadísticas sobre menstruación. Era como el huevo y la gallina. Lo que sí se podía era impulsar la eliminación del IVA con el ejemplo de Colombia”, resume Rodríguez. En setiembre de 2020 la entonces diputada Martha Tagle, de Movimiento Ciudadano, presentó una iniciativa de ley frente a la Cámara de Diputados de México para aplicar tasa cero a los productos de gestión menstrual a nivel nacional, pero no se aprobó.
En retrospectiva, Rodríguez considera que ese era un momento difícil para que se aprobara: “no se había hablado mucho del tema, era pandemia, implicaba dinero”. Pero lo que ella destaca de este impulso fue que se empezó a usar el término gestión menstrual, en vez de higiene menstrual. “La gestión abarca lo cultural, lo social y la infraestructura”, dice. Además, considera que, “aunque se perdió, se ganó porque se instaló el tema en la agenda”.
De a poco fueron llegando otras organizaciones y activistas que se unieron a la causa de Menstruación Digna. Incluso, diputados y diputadas de otros estados de México se acercaron buscando orientación para elaborar proyectos de ley que contemplaran la erradicación de este impuesto de los productos de higiene menstrual o la provisión gratuita de los productos. Así fue como Michoacán se convirtió en el primer estado mexicano en aprobar una ley de menstruación digna.
En marzo de 2021 el Congreso de Michoacán realizó reformas en la Ley de Educación con el objetivo de fomentar la educación menstrual y de facilitar el acceso gratuito a los productos de gestión menstrual para niñas, mujeres y personas menstruantes que lo soliciten en las escuelas públicas. Para los impulsores de la iniciativa, que estos productos sean gratuitos es una oportunidad para reducir la brecha de género que enfrentan las niñas, adolescentes y mujeres.
Mientras, Menstruación Digna siguió articulando trabajo con instituciones como Fundar, Oxfam México y el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México para volver a impulsar un proyecto de ley que permitiera eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual a nivel nacional. La campaña tomó dimensiones cada vez más grandes, además de los conversatorios que desarrollaron, las charlas y las entrevistas, Menstruación Digna llevó en más de una ocasión una toalla gigante y violeta como forma de protesta a las afueras del Palacio Nacional. A esta etapa Rodríguez le llama “operación pulpo”, por lo rápido que avanzaron y todo lo que lograron.
Para octubre de 2021 ambas cámaras del Congreso Nacional aprobaron la eliminación del IVA en los productos de gestión menstrual en todo el país. La normativa comenzó a regir a partir de 2022. México se convirtió en uno de los pocos países de América Latina en dar este paso. Las mujeres y personas menstruantes ya no volverán a pagar un impuesto por menstruar, y el tema, según Rodríguez, se instaló en la agenda para quedarse.
De la eliminación del IVA en los productos menstruales a la gratuidad universal
Otro de los logros de Menstruación Digna fue el de impulsar la primera encuesta a nivel nacional de gestión menstrual. Un esfuerzo de dos años en articulación con la empresa Essity y Unicef con el objetivo de contar con información real y de valor sobre el proceso de menstruar. Se realizaron 3.000 cuestionarios a adolescentes, mujeres adultas y personas menstruantes de entre 12 y 70 años de edad. Los resultados son de acceso libre y muestran cómo la menstruación es un asunto público que se relaciona con el acceso a derechos humanos y a la igualdad de género.
Rodríguez hace un repaso por algunos de los datos que arrojó esta encuesta y que le llamaron la atención: “Creo que el que más me causó impacto fue que el 81% de las personas que menstrúan se sienten en desventaja en comparación con los hombres. Me parece muy fuerte que un proceso natural te marque una desventaja”. En el área de la educación, el 30% de las niñas ha dejado de ir a la escuela alguna vez a causa de la menstruación. En este sentido, siete de cada diez niñas no tienen información necesaria cuando llega su primera menstruación.
Claro que también se marcan desventajas en el área del trabajo. El 21% de las mujeres encuestadas han dejado de ir a trabajar alguna vez por causa de la menstruación y sólo una de cada cuatro cuenta con la infraestructura adecuada para gestionar la menstruación en el ámbito laboral. Así es como el 88% de las encuestadas están de acuerdo con las licencias menstruales.
En el área de salud la encuesta también arrojó datos preocupantes. Una de cada tres personas encuestadas sufre o ha sufrido dolores de algún tipo debido a la menstruación, y solo cuatro de cada 100 consulta con un médico cuando siente dolor o malestar. “Ahí está otro impedimento para las licencias, ¿no? No es un tema que requiera ir al médico o a la médica, porque siempre nos han dicho: ‘pues tómate una pastilla y ya’”, explica Rodríguez.
Para dar cuenta de la importancia de que estos productos sean gratuitos, ella resalta el siguiente dato: el 30% de las personas encuestadas han tenido dificultad para comprar una toalla sanitaria en México. Y de ese 30%, la mitad ha tenido que renunciar a comida, medicamentos o a pagar algún servicio para comprar toallas. Por eso, los pasos a seguir para Menstruación Digna México tienen que ver con impulsar la gratuidad universal de los productos de gestión menstrual. Rodríguez lo explica así: “El 15% de la población ha tenido que renunciar a medicamentos, comida o el pago de servicios para comprar toallas sanitarias, que es de lo más barato. Vamos por la gratuidad universal, yo creo que en un par de años se va a poder exigir productos de gestión menstrual para toda la población”.