La imagen era impactante: en la oscuridad de la noche, en vísperas del 50º aniversario del golpe de Estado, el Palacio de La Moneda se veía rodeado por miles de mujeres vestidas de negro que sostenían velas encendidas. Por momentos, permanecían en silencio durante un tiempo prolongado. Por otros, alzaban las velas y gritaban al unísono, repetidamente, dos palabras: “Nunca más”.

La convocatoria surgió hace unas semanas desde organizaciones de la sociedad civil de Chile, que invitaron a “toda persona que se sienta mujer” a realizar una vigilia y rodear la sede presidencial el domingo, a partir de las 20.00, bajo la consigna “Nunca más la democracia bombardeada”.

Durante la actividad, las mujeres leyeron una proclama en la que enumeraron 28 “nunca más”: nunca más “la democracia bombardeada”, “un presidente muerto”, “en llamas La Moneda”, “la violencia desatada”, “un país en el espanto”, “la palabra silenciada”, “los libros en la hoguera”, “los huesos en el desierto”, “las lógicas de guerra”, “exiliados de nuestra tierra”, “política de la masacre”, “masacre de la política”, “cuerpos torturados y violados”, violencia sexual política”, “cuerpos quemados y degollados”. Las participantes gritaron en coro “nunca más”, a cada vez. Nunca más “desaparecidos ni ejecutados”, “relegados ni erradicados”, “niños robados”, “búsquedas sin respuesta”, “los dañados sin justicia”, “poblaciones entre rejas”, “un canto silenciado”, “odiarnos entre hermanos”, “ideas censuradas”, “personas prohibidas”, “el fin de la memoria”, “hermanos delatados”, “corazones traicionados”. La declaración cerró al grito contundente de “Nunca más una dictadura”, en este caso repetidas veces.

Las organizadoras, nucleadas con el nombre “Mujeres x Nunca +”, aseguraron este lunes en un comunicado que la intervención reunió a “más de 12.000 mujeres”. En el texto se dirigieron a las autoridades chilenas para afirmar que, “en vísperas de cumplir 50 años del golpe cívico-militar”, se sienten “obligadas a resguardar los derechos humanos y a buscar incesantemente un diálogo democrático, respetando a cada uno de los habitantes de Chile”.

A su vez, señalaron que el “daño” que generó la dictadura chilena, tanto en la “vida política” como en la “vida cotidiana de tantas personas”, se ve “hasta el día de hoy”. “Es una fractura que está allí latente y que seguramente nos costará mucho tiempo reparar. Parte importante de esa reparación pasa por la verdad y la justicia que han sido negadas a gran parte de las familias víctimas de la represión”, puntualiza el texto.

Por otra parte, recuerda que las mujeres tuvieron “un protagonismo importante en la recuperación de la democracia y en la lucha por el respeto de los derechos humanos durante la dictadura”. “Buscamos a nuestras víctimas y nos levantamos una y otra vez. Aprendimos a trabajar juntas y a llegar a acuerdos. Ese aprendizaje también lo tienen las nuevas generaciones que luchan por una democracia más justa, diversa e inclusiva”, afirmaron las activistas. Y agregaron: “Desde ese aprendizaje, que no está exento de retrocesos y de nuevos avances, decimos nunca más”.