La Asamblea Nacional de Francia –cámara baja del Parlamento– aprobó el martes un proyecto de ley que busca reformar la Constitución para garantizar el derecho al aborto. La iniciativa, que es promovida por el presidente Emmanuel Macron, obtuvo la amplia mayoría de 493 votos a favor y 30 en contra. Ahora el trámite parlamentario continúa en el Senado, que puede aprobar la propuesta, modificarla o directamente rechazarla. De hacerse realidad, Francia se convertiría en el primer país del mundo en proteger constitucionalmente el acceso al aborto.
La discusión gira en torno a la modificación del artículo 34 de la carta magna francesa, que establece los derechos consagrados por ley en el país. El proyecto de ley plantea que a esa lista se le agregue: “La ley determina las condiciones en las cuales se ejerce la libertad garantizada de las mujeres de recurrir a una interrupción voluntaria del embarazo”.
Este es el segundo intento de La Francia Insumisa, el partido de Macron, por incluir el aborto en la Constitución. En noviembre de 2022, alarmado por el impacto de la anulación del fallo Roe vs. Wade en Estados Unidos unos meses antes, el oficialismo impulsó un primer proyecto para consagrar el aborto como un “derecho” constitucional, que fue aprobado por gran parte de la Asamblea Nacional pero quedó estancado en el Senado.
En ese entonces, la cámara alta, de mayoría conservadora, expresó su inquietud por la palabra “derecho” y, después de una discusión, se acordó que sería mejor hablar de “libertad”. De ahí que el texto aprobado este martes incluya la expresión “libertad garantizada”, en lugar de “derecho”.
Por el momento, no está claro si el cambio en el texto podría garantizar el respaldo de las senadoras y los senadores conservadores. De todas formas, el proceso no se define con la aprobación del Senado. Una vez que las dos cámaras den luz verde, senadores y diputados tendrán que reunirse en el Congreso de la Nación y adoptarlo por una mayoría de al menos tres quintos.
La interrupción voluntaria del embarazo es legal en Francia desde 1975, gracias a una ley que llevó el nombre de su propulsora, Simone Veil, en ese momento ministra de Salud. La ley original establecía el derecho a abortar hasta las 12 semanas de gestación, pero el plazo legal se amplió a la semana 14 en febrero de 2022, tras otro extenso debate en el Parlamento.