Ni la amenaza de tormenta, ni el frío repentino, ni el hecho de que la atención mediática estuviera enfocada casi exclusivamente en el escenario poselectoral frenaron a las decenas de mujeres y disidencias que este lunes, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, lideraron distintas movilizaciones en el Centro de Montevideo. En distintas latitudes de la avenida 18 de Julio, en escenografías que mezclaban negros y violetas, en el ambiente se sentía una mezcla de emociones: dolor por las que ya no están, rabia e impotencia ante un Estado que no responde, frustración por tener que repetir, año tras año, las mismas denuncias y los mismos reclamos.

Uno de los puntos de encuentro fue la plaza Libertad, donde alrededor de las 18.00 concentraron quienes respondieron a la convocatoria de la plataforma Vía al 8M y la Coordinadora de Feminismos, que marcharon hasta el callejón de la Universidad de la República (Udelar) bajo la consigna “Son tiempos de lucha”. Media hora más tarde, a unos metros, empezó a llegar gente a la plaza Independencia, desde donde partió la marcha organizada por Mujeres de Negro, que con la consigna “Por cada ausencia, más resistencia” se movilizó hasta la Intendencia de Montevideo (IM).

Un acto de resistencia

En la plaza Independencia, Martina, de siete años, encabezaba una de las tres columnas en las que se organizaron las mujeres que iban llegando al punto de encuentro elegido por Mujeres de Negro. Se paraba firme y en su rostro se veía el respeto por lo que representaban sus prendas negras. Estaba convencida de estar en el lugar correcto, manifestándose por una causa correcta. La acompañaba su mamá, Silvia, de 50 años, que integra la organización desde 2011 y que, orgullosa de su hija, destacó a la diaria que marchan juntas incluso desde antes de que la niña naciera.

Las filas de mujeres de todas las edades –y algunos hombres– estaban encabezadas por dos pancartas. Al frente se lucía la principal, con la consigna elegida por la organización para este año: “Por cada ausencia, un acto de resistencia”. Detrás, una más pequeña proclamaba: “No al abuso sexual de niñ@s en los centros educativos”.

Entre las presentes, estuvo durante unos minutos la vicepresidenta electa Carolina Cosse. En diálogo con la prensa, la dirigente frenteamplista aseguró que el próximo gobierno va a cumplir con la emergencia nacional en materia de violencia de género, que declaró el expresidente Tabaré Vázquez en diciembre de 2019, pero que, según dijo, la administración de Luis Lacalle Pou “ignoró”.

También planteó que el Frente Amplio va a trabajar para poder responder a la demanda de colectivos y organizaciones feministas de implementar de manera efectiva la Ley 19.580 de violencia de género. “Yo tengo confianza en que vamos a trabajar en un buen equipo para darle cumplimiento [a la ley] o tener una ruta de cumplimiento. Capaz que no le podemos dar cumplimiento de entrada a todo, pero sí una ruta acordada, seguro que sí”, apuntó.

En diálogo con la diaria, Alicia Gutiérrez, integrante de Mujeres de Negro, sostuvo que el foco de la movilización de este año estaba en promover la “enseñanza a la no violencia” en escuelas, liceos y universidades, y trabajar en la formación y sensibilización de médicos, policías y todos los actores que conforman el aparato del Estado de contención a las mujeres en situación de violencia para que “estén preparados, que sepan bien lo que es violencia”.

Con relación a lo coyuntural, tratándose del último 25N bajo el gobierno de Lacalle Pou, Gutiérrez dijo: “Si aplicó políticas [en materia de violencia de género], no veo resultado”. Por el contrario, consideró que en estos cinco años empeoró la situación y apuntó que espera que las cosas cambien, al menos en materia legislativa y desde el Ejecutivo, con el próximo gobierno. En ese sentido, destacó la presencia de Cosse. “El lema nuestro hace unos años fue: 'Nuestra seguridad es responsabilidad del Estado', y es así, es su responsabilidad. El Estado tiene que cuidarnos”, sostuvo.

La marcha empezó unos minutos después de las 19.00, hora pautada en la convocatoria. Como lo hacen desde hace casi dos décadas, las participantes caminaron lento y en silencio hacia la explanada de la IM. Al llegar, las mujeres se dispusieron en círculo. En el centro se desarrolló una intervención artística “19.580”, en alusión a la ley de violencia basada en género. Luego, las manifestantes cantaron a coro “Canción sin miedo”, de la mexicana Vivir Quintana.

Al cierre, se leyó la proclama. “Somos las voces de aquellas que ya no están, las que han sido silenciadas por una sociedad que muchas veces justifica, normaliza o ignora las violencias de género. Nosotras, como Mujeres de Negro, nos vestimos de luto por ellas, por todas nosotras, pero también nos vestimos de lucha”, leyó una de las integrantes de la organización.

El texto hizo hincapié en la falta de “recursos y respuestas integrales” para prevenir, responder y erradicar la violencia de género. En ese sentido, exigió que el Estado uruguayo garantice “el cumplimiento de las leyes que buscan erradicar la violencia de género” y volvió a reclamar “el presupuesto para la plena implementación de la Ley 19.580, asegurando que los recursos lleguen a los refugios, centros de atención, programas de prevención y servicios de apoyo necesarios”.

En otros puntos, la organización pidió el “reconocimiento y tratamiento específico de la violencia vicaria, brindando apoyo especializado para las madres y los menores que sufren este tipo de maltrato” y exhortó “al fin de la impunidad para los agresores”. “No podemos permitir que los crímenes contra las mujeres e infancias sigan quedando sin castigo. Los abusos sexuales no deben prescribir bajo ningún concepto”, agregó.

“Hoy nos paramos firmes, en memoria de nuestras hermanas asesinadas, para que sus vidas no hayan sido en vano. Nos levantamos para decir ‘basta’ a la violencia que se cierne sobre nosotras. Este es un llamado a la acción, a la justicia y al compromiso de construir una sociedad donde ser mujer no sea sinónimo de vulnerabilidad. ¡Ni una muerte indiferente!”, concluyó la lectura.

El colectivo Proyecto Ikove, creado por sobrevivientes de violencia sexual, acompañó la movilización de Mujeres de Negro bajo la consigna “Porque la lucha sigue”. El grupo decidió no tener proclama propia, sino “apoyar la convocatoria de otras organizaciones feministas, que militan hace muchísimo tiempo y que han hecho un trabajo extraordinario en relación a lo que es este día y el lugar que tiene”, sostuvo a la diaria Victoria Brückner, una de sus integrantes.

Una “urgencia que no admite más demoras”

En la plaza Libertad predominaba el color violeta en remeras, carteles y maquillaje, pero también resaltaban banderas de Palestina. Había mujeres de todas las edades y también había varios hombres, sobre todo mayores de 50 años, que parecían estar acompañando a sus amigas, parejas, compañeras, familiares. Si bien la multitud que se formó antes de marchar era potente –con sus cánticos, sus bombos y sus puños en alto–, dio la sensación de que la participación fue menor que en los 25N de los últimos años.

A eso de las 18.20, la Coordinadora de Feminismos, realizó una performance artística que terminó con la lectura de su proclama, que se centró en repudiar distintas formas de violencia a las que somos sometidas las mujeres y, en contrapartida, resaltar la potencia feminista contra las “cárceles”, los “muros”, los “cercos”, las “fronteras”, el “encierro en campos de sufrimiento y tortura”, la “indiferencia”, la “Justicia patriarcal” y las “leyes misóginas que aspiran a perpetuar nuestra sumisión”. El texto cerró al grito colectivo y repetido de “somos libres”.

Inmediatamente después tomaron las riendas las integrantes del colectivo Our Voice –que forma parte de Vía al 8M–, que realizaron una intervención que tenía como título “Cuando todo es ausencia, sólo estamos nosotras/es”. En concreto, invitaron a las participantes a pensar qué querían “poner arriba de la mesa” este 25N y pasar a escribirlo en el asfalto. El resultado fue un montón de palabras amontonadas, escritas con tizas violetas, amarillas, naranjas, rosadas, blancas y verdes, que exponían cosas como “no más violencia sexual”, “igualdad”, “salud mental”, “por nuestras infancias”, “justicia”, “diálogo”, “sacar las voces”.

Una vez que el lienzo quedó completo, las activistas pusieron a disposición un megáfono e invitaron a las demás a contar por qué estaban ahí. “Porque fui violada y no tengo miedo”, dijo una. “Vine a denunciar a mi ex que es un abusador”, dijo otra. Les siguieron otras tantas, con reclamos distintos: “hasta que aparezcan todas”; “contra la violencia vicaria”; “Justicia por Mili, porque Mili somos todas”. Mili es Milagros Chamorro, la joven que se suicidó a fines de octubre en Maldonado después de transitar un periplo de desamparos institucionales por una violación grupal que sufrió en su adolescencia. Su nombre resonó en varios gritos y pancartas.

Cuando terminó esta actividad, las participantes se organizaron para empezar a marchar cerca de las 19.00 detrás de dos pancartas gigantes que decían “Son tiempos de lucha”, por un lado”, y por el otro: “25N: ni sumisas, ni encerradas, en la calle organizadas”. La movilización recorrió toda la avenida entre canciones feministas clásicas y al ritmo de los tambores.

Al llegar al callejón de la Udelar, Vía al 8M leyó su proclama, que estuvo dirigida explícitamente a las autoridades “aún gobernantes” y a las “electas”, porque “esta es una problemática que nos atraviesa y una urgencia que no admite más demoras”. Así, la plataforma de organizaciones exigió “compromiso político y presupuesto” para la implementación de leyes como la de prevención y combate a la trata de personas, la de violencia hacia las mujeres basada en género, la de acoso sexual, y la de violencia y acoso en el mundo laboral.

A la vez, recordó que la implementación “efectiva” de estas normas no implica sólo los “aspectos judiciales” sino también la capacitación al funcionariado involucrado. “No todo se resuelve con adquirir más dispositivos móviles para quienes sufren violencia de género, se necesita formación continua, centros de acogida y equipos interdisciplinarios para acompañar estos procesos”, leyeron las activistas.

Los colectivos también denunciaron que “las instituciones del Estado no otorgan garantías para las infancias y adolescencias bajo su cuidado” y, tras citar el ejemplo de la adolescente de Rivera que falleció en mayo después de que le realizaran una cesárea por un parto prematuro, apuntaron que “los hogares de INAU no pueden ser un instrumento para la captación de redes de trata y explotación sexual”.

Otros reclamos que incluyeron en la proclama tienen que ver con garantizar el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos, así como proteger a las personas gestantes de toda forma de violencia obstétrica. También se pronunciaron contra iniciativas que impulsó el actual gobierno, como la reforma educativa y la reforma de la seguridad social, y exigieron “boicot y sanciones a Israel hasta que Palestina sea libre”.

Vía al 8M está integrado por el Área de Género de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua; Cirqueras Feministas; Comisión de Género y Diversidad de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social; Coordinadora Popular y Solidaria - Ollas Populares Vida Digna; Encuentro de Feministas Diversas; Our Voice; Espacios Libres de Apartheid; Femiferia; Gozarte; Red de Acompañamiento Feminista en Aborto Las Lilas; Mujeres del Oeste; Mujer y Salud en Uruguay; y la Secretaría de Género, Equidad y Diversidad del PIT-CNT.