Por primera vez en Uruguay, un grupo de más de 30 mujeres y disidencias en situación de calle de la región se van a reunir en el tercer encuentro de Rutas Transfeministas Sudacas (RuTras). Según su página web, esta confluencia regional de organizaciones sociales latinoamericanas lucha con, por y para las mujeres y diversidades en situación de calle. Forman un corredor sudamericano que articula diversos esfuerzos y miradas sobre esta población históricamente marginada.

Desde su fundación, en 2022, RuTras ya lleva dos encuentros internacionales: el primero fue en 2023 en Chapadmalal (Argentina), organizado por No Tan Distintas; el segundo, en 2024 en San Pablo (Brasil), organizado por la asociación Rede Rua. Este año desembarcan en Uruguay gracias al esfuerzo de Ni Todo Está Perdido (Nitep), un colectivo mixto conformado por personas en situación de calle. Más específicamente, gracias a las mujeres y disidencias que conforman este colectivo y se identifican como “les Nitep”. También sumaron esfuerzos quienes integran el Núcleo Interdisciplinario Trayectorias en Situación de Calle de la Universidad de la República, el colectivo de mujeres afrodescendientes Mizangas y la Coordinadora de Asentamientos.

“Nosotras militamos que las compañeras en situación de calle no están ahí porque quieren, porque tomaron ciertas decisiones. No; hay toda una estructura, todo un sistema que hace que sus situaciones sean así”, explica Sofía Lans, integrante de RuTras y de les Nitep, a la diaria. Para ella, “RuTras es una excusa para juntarnos y hacer carne que no estamos solas, que no somos cinco locas que se desprenden de un colectivo. Es un respaldo, un acompañamiento, un poder pensar más allá de lo urgente y momentáneo. Es poder movilizarnos y que las compas puedan salir del país y conocer otras realidades. Que podamos colocar en nuestro propio colectivo, que es mixto, nuestras preocupaciones, preguntas y denuncias”.

Haciendo amistad

Este sábado 4 llegan a Montevideo las integrantes de RuTras de Argentina, Brasil y Chile para reencontrarse con les Nitep y otros colectivos y organizaciones uruguayas de mujeres y disidencias. El primer abrazo será en el Patio Andaluz del Parque Rodó y, según Lans, esperan que en instancias abiertas como esta el número de asistentes se duplique. Luego de compartir un almuerzo con las Redes de Ollas al Sur, el núcleo de organizaciones que conforman RuTras viajará a Araminda, donde acamparán, prepararán fogones e intercambiarán experiencias y saberes hasta el domingo.

Durante los días de retiro, las integrantes de RuTras van a discutir en torno a cuatro ejes: los antipunitivismos; la amistad como política; las ecocomunidades y el vivir en relación con la tierra; y el duelar en la lucha. “Esto último tiene que ver con las situaciones de violencia y terror que se han vivido en la región. En Uruguay, un padre que amenaza a la madre de sus hijos se los lleva y los mata; en Argentina, el reciente triple femicidio”, explica Lans.

Una vez en Montevideo, el lunes 6, se van a reunir con otras organizaciones vinculadas a actividades con mujeres y disidencias en situación de calle para “contagiarlas con las reflexiones y preocupaciones que vamos a traer del retiro”, agrega Lans. También van a pintar carteles con consignas para unirse a las 18.00 a la concentración en la plaza Libertad por el Día Mundial de las Personas Sin Techo.

La integrante de RuTras asegura que con esto no buscan ser la representación de las mujeres y disidencias del sur: “Nosotras nos representamos a nosotras mismas, lo que hacemos tiene que ver con la amistad, somos un grupo de gente que hace tres años viene haciendo amistad. Hacemos resistencia conjunta y queremos dejar escrita nuestra historia entre nosotras”.

Un refugio donde reclamar derechos

El último censo, realizado en 2023, arrojó que 2.756 personas estaban en situación de calle en Montevideo. Entre ellas, al menos entre las personas que pernoctaban a la intemperie, 89% eran varones, 9% mujeres y 0,8% se identificó como trans (varones y mujeres).

Siguiendo esta lógica, Rubí Márquez, integrante de (les) Nitep, cuenta a la diaria que en el colectivo son más hombres que mujeres. Será por eso que necesitaron crear un espacio para mujeres y disidencias: “La voz de la mujer queda aplastada, ninguneada o agresivamente señalada en un colectivo con mayoría de varones. En un espacio en el que ni siquiera se podía poner nuestros temas y reclamos sobre la mesa te tenés que abrir, pero seguir siendo parte del colectivo, que ha logrado mejoras para trascender lo último de la miseria, que es estar en calle”.

Márquez asegura que “costó muchísimo” crear este espacio de mujeres y disidencias dentro del colectivo, pero que pelean para que se sostenga. Además, la militancia en este contexto tampoco es sencilla. “Siempre es difícil que una mujer en situación de calle tenga tiempo de estar compartiendo, porque capaz que no tenés ganas, te agobia: dónde están tus hijos, no tenés toallitas, tenés que ir al médico. Hay tantas cosas que pasan por la cabeza de la mujer, que no es sólo lo que da el Estado: comida, techo y dónde bañarte”, explica.

Sobre los reclamos y necesidades que tienen les Nitep, Márquez dice que sueñan con una casa sólo para mujeres. “Un lugar donde podamos llegar con nuestras necesidades”, un refugio para que “mujeres trans, feministas, luchadoras, emprendedoras, militantes puedan reclamar sus derechos”. Ella asegura que en Argentina el colectivo No Tan Distintas administra dos casas de este tipo. “Es complicado, pero es re lindo, hay un lugar donde las mujeres pueden llegar”. Dice que en Uruguay hay pocos refugios exclusivos para mujeres, que la mayoría son mixtos. Entonces, “es terrible; el lugar donde pueden ir las mujeres es más nocivo o igual de nocivo que la calle”.