Danubio ganó sobre la hora un partido emocionante frente a Nacional. El equipo de la Curva de Maroñas ya no depende de sí mismo, pero hace lo que sea por salvarse del descenso. Nacional trastabilló pero sigue arriba en la tabla del año, aunque el Clausura se le resbala.
A un año del arribo de la pandemia al mundo, Nacional y Danubio se enfrentaron en el María Mincheff. El supuesto grande, prendido de los primeros puestos de las cosas. El local llegó al partido habiendo perdido la matemática difícil de la independencia. Ganar y esperar era la consigna del equipo de Leo Ramos, aferrado a los himnos que suenan a lata en los parlantes. Que hablan de tatuajes y de muertes y de hazañas. El equipo de Jorge Giordano, que desafió a gritos la línea punteada que lo limita, jugó prendido a la tabla del año y especulando con el Clausura.
Danubio, de los colistas, entonces, paró un cuadro aguerrido. De Salvador Ichazo salieron hasta jugadas de gol. La nueva ley de los arqueros, jugar con los pies como un lanzador. O un armador primero de la historia. El argentino Mathías Fritzler marcó, jugó y llegó a pisar las fronteras emotivas del área. Consiguió dos pelotas de nadie que convirtió en vocales. La primera se apagó en el látex de los guantes de Sergio Rochet, la segunda pasó cerca del preciado marco.
Nacional dejó sonar el envión danubiano y contestó apenas pudo. El conversado Mathías Vecino encontró un rebote en el área y convirtió el primero. Danubio siguió en la misma, queriendo, yendo. El botija Nicolás Siri, tras una serie de rebotes en la humanidad del arquero tricolor, puso el empate. Se agarró con fuerza el escudo. Bramó el barrio.
En la defensa tricolor, Guzmán Corujo surgió en las claves. Emiliano Martínez tomó el mediocampo y fue el engranaje. Además, fue vistoso, como de costumbre. Danubio, desde Lucas Monzón, que fue expeditivo, impuso presencia, jugó con personalidad. Danubio, con Pablo Siles pidiéndolas todas, y con el tándem creciente entre Rodríguez y Mederos, tuvo también las más claras en el segundo tiempo.
El gurí Siri vivió una las mejores tardes de su vida. Por la frescura de la juventud, la picardía, el atrevimiento. Salió al alambrado de los nervios. Danubio empujó hasta el final. Nacional no aflojó nunca. Pidió penal en dos jugadas peligrosas, pero Yimmi Álvarez dio la negativa. Danubio y Nacional jugaron un partido intenso. Lo que jugó Pablo Siles fue pura emoción. Cuando el reloj cantó los 90 minutos, entre Santiago Paiva y Javier Méndez metieron la pelota en el arco en el entrevero de un rebote, metieron al barrio contra las piolas y hubo gente colgada del alambrado como hacía tiempo.
Detalles
Estadio: María Mincheff de Lazaroff
Árbitros: Yimmi Álvarez, Richard Trinidad, Gustavo Márquez.
Danubio (2): Salvador Ichazo; Leandro Sosa, Mauricio Victorino, Lucas Monzón, José Luis Rodríguez; Mathías Fritzler, Pablo Siles, Santiago Mederos (78’ Cristian González), Javier Méndez; Mateo Ponte, Nicolás Siri (89’ Santiago Paiva). Entrenador: Leo Ramos
Nacional (1): Sergio Rochet; Renzo Orihuela (67’ Mathías Laborda), Guzmán Corujo, Armando Méndez, Agustín Oliveros; Felipe Carballo, Gabriel Neves (73’ Santiago Ramírez), Emiliano Martínez, Pablo García (67’ Ignacio Lores); Thiago Vecino, Brian Ocampo. Entrenador: Jorge Giordano.
Goles: 24’ Thiago Vecino (N), 42’ Nicolás Siri (D), 90' Javier Méndez (D).
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