Luego de que se divulgó la noticia de que la cancillería pagó 35.000 pesos por un almuerzo para 11 personas, el titular de la cartera, Francisco Bustillo, declaró que el gasto fue “un error” y anunció que se haría cargo de él. Ayer, tras conocerse que la cancillería gastó 4.000 dólares en diez engrampadoras eléctricas, Bustillo ordenó que se lleve a cabo una investigación administrativa, aunque aclaró que solamente se hará cargo de uno de los aparatos. “Como forma de demostrar mi compromiso con los planes de austeridad del gobierno voy a pagar una engrampadora de mi propio bolsillo. Pero las nueve no las puedo pagar. No se trata de una cuestión de dinero, sino de espacio. No puedo seguir metiendo cosas en casa, porque me van a matar. El otro día llevé los restos de las milanesas y el puré y tapé la heladera. No quedó lugar para más nada”.
La decisión de Bustillo de hacerse cargo del costo del almuerzo no fue bien vista por algunos de sus colegas del gabinete. El ministro de Defensa Nacional, Javier García, consideró que los gobernantes “no deberían responder con su patrimonio por las faltas de sus dependencias, porque nadie está a salvo de errores. Que se compren cuatro ultrafreezers que después no sirven para nada o que haya que pagar un flete transatlántico para traer algo que quedó olvidado en España son cosas que pueden pasar”.