El gobierno ve con esperanza la inminente apertura de fronteras con Argentina, debido a las ventajas que traerá desde el punto de vista del turismo. Pero al mismo tiempo existe preocupación por la situación de los comerciantes del litoral, ya que la diferencia cambiaria seguramente haga que muchos habitantes de esa parte del país crucen al vecino país a hacer sus compras. “El paquete completo de medidas para compensar esta situación las voy a anunciar mañana [por hoy], pero ya les puedo adelantar que la más importante de ellas va a ser correr la frontera con Argentina 15 kilómetros al este, de modo que los comerciantes del litoral queden del lado donde los productos van a estar más baratos”, aseguró ayer el presidente Luis Lacalle Pou.

El mandatario admitió que la solución encontrada “no es perfecta” y tiene algunas contras. “Sabemos que Argentina es un país en donde hay mucha incertidumbre, con una grieta realmente muy grande y un nivel de enfrentamiento al que los uruguayos no estamos acostumbrados y eso va a ser un desafío para los comerciantes. Cuando estén del lado argentino a lo mejor les cuesta un poco adaptarse al escenario político, pero, por otro lado, van a vender mucho más”. Con respecto a cuánto tiempo podrá estar vigente la medida, el presidente indicó: “Lo vamos a ir evaluando, porque a lo mejor nos encontramos con que trae otras ventajas. En definitiva, al achicar el territorio también achicamos el Estado”.