Cuando parecía que el atentado fallido contra la vicepresidenta Cristina Fernández había terminado de dividir a la sociedad argentina en dos bloques enfrentados entre sí y sin posibilidad alguna de reconciliación, un acontecimiento inesperado generó un inédito sentido de comunión: la victoria de Arabia Saudita sobre Argentina 2-1. “Es como dice mi amigo @YoNoLosVote: acá la única solución es colgar por las pelotas a los dos o tres referentes de la selección para que el resto aprenda a meter huevo”, escribió en Twitter el usuario @JuanchiCampora. El usuario arrobado respondió a su vez: “Tenés razón, pero creo que también hay que hacer autocrítica, porque mientras los K y los gorilas nos peleábamos vino Scaloni y hundió a la selección. Todos la cagamos”.

Según explicó un sociólogo de la Universidad de Buenos Aires, “hoy en día podemos afirmar que la grieta prácticamente no existe. Porque durante el Mundial la gente no piensa en otra cosa que no sea fútbol, y como el fracaso del primer partido fue tan grande, no hay posibilidad alguna de enfrentamiento. Todos coincidimos en que, si Argentina sigue jugando así, no hay que dejar que estos vuelvan a pisar el país”.

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