El canciller Francisco Bustillo recibió ayer al embajador de Turquía para manifestarle el malestar del gobierno uruguayo por la provocación del canciller de ese país a unos manifestantes armenios. El alto funcionario de Ankara había dirigido a los manifestantes un gesto que identifica a los Lobos Grises, una organización paramilitar que suele atacar objetivos armenios. Desde la cancillería indicaron que la reunión “fue un verdadero éxito, ya que el embajador turco se retiró sin hacer declaraciones y, lo más importante, sin hacer gestos. Porque la verdad es que si hacía algún gesto no íbamos a poder echarlo ni nada por el estilo, porque todo bien con los armenios, pero no podemos comprometer las negociaciones por el tratado de libre comercio con Turquía”.

De todas maneras, desde el gobierno aclararon que estas negociaciones “no implican de ninguna manera que Uruguay abandone su política de respeto por los derechos humanos”. “Uruguay negocia con dictaduras, eso es cierto. Pero la clave del asunto es que todas las negociaciones con estos gobiernos van a terminar en el fracaso”, explicó la fuente consultada.

La palabra de Bustillo: “Acá lo que importa es que ningún funcionario del gobierno se transforme en cabeza de turco”.