“Quisimos hacer una operación quirúrgica que causara el menor daño posible, pero desgraciadamente fallamos. No vamos a tener más remedio que tomar medidas más enérgicas”, declaró el presidente ruso, Vladimir Putin, en referencia al intento de asesinato del secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, durante su visita de ayer a Kiev. Si bien cayeron varios misiles rusos sobre la capital ucraniana mientras el funcionario la recorría, ninguno de ellos dio en el blanco.

Fuentes de la inteligencia británica aseguraron que las “medidas más enérgicas” de las que habló Putin consisten en una invasión a la ONU. “El presidente ya decidió una invasión relámpago a la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Ya tiene todo planeado. Mañana va a empezar a mover sus tropas, sin preocuparse demasiado por las reacciones, ya que seguramente nadie crea que vaya a ser capaz de hacer una locura semejante. Nuevamente va a hacer pesar el factor sorpresa”.

Según varios analistas, la sede de la ONU no tiene chances de resistir la invasión ya que sería atacada por Putin desde el este y por los fanáticos de Donald Trump desde el oeste.

Cambios en el ejército ruso: los responsables de los bombardeos sobre Kiev serán dados de baja por la escasa puntería que demostraron durante la visita de Guterres.