Gran parte de las noticias sobre fútbol de las últimas semanas estuvieron relacionadas con los incidentes protagonizados por hinchas de Peñarol y Nacional durante el clásico del domingo 4. Hasta el presidente de la República habló sobre el tema el viernes y dijo que aspira a que en un futuro “no muy lejano” los partidos de fútbol se jueguen sin separación de hinchadas y sin tejidos. “Se trata de un plan muy ambicioso, pero también muy estudiado, que incluye incluso algunos cambios en el reglamento del fútbol. La pelota, por ejemplo, dejaría de ser redonda y pasaría a ser ovalada. Los arcos se van a invertir verticalmente y van a estar elevados sobre un único poste. Además, los jugadores van a poder tocar la pelota con la mano, aunque en este caso solamente la van a poder pasar para atrás”. Lacalle Pou explicó que con estos cambios se espera que “empiece a asistir a los partidos otro tipo de gente, es decir, un público más educado, con más valores, y que ha demostrado en otro tipo de eventos deportivos que es capaz de comportarse con respeto y buena educación. Y también, cosa que no es menor, de vestirse con elegancia a pesar de estar en ambientes distendidos. Llevar una camisa a cuadros y un buzo de pura lana virgen en los hombros también es una forma de prevenir la violencia”.

Primeras repercusiones: “Me encanta que no haya separación de hinchadas ni alambrado, así podemos matar a cuchilladas a esos garcas cotorrudos que siempre corren”. Hincha algo exaltado.