Los cambios en el sistema de transporte colectivo de Montevideo traen aparejadas diversas cuestiones que apelan a terminar la relación existente entre el pasajero y el personal del ómnibus.

Una de ellas es la función del guarda, quien hace bastantes años cortaba el boleto y daba el vuelto, aparte de que ordenaba a los pasajeros para que se corrieran “un pasito más atrás”.

Ahora las tarjetas prepagas y la reciente novedad de que los pasajeros ya no se ven obligados a pedir “boleto de una hora” (el sistema lo expende por defecto), por nombrar un par de avances, modificaron la realidad.

Así, la línea GUE, que conecta los barrios Colón y Portones de Carrasco de la capital uruguaya, llevó a cabo un experimento: en el asiento del guarda puso un maniquí con lentes de sol y un celular en la mano.

De acuerdo con fuentes de la empresa que opera el servicio, “el viaje transcurrió con absoluta normalidad: el coche se llenó de gente, como siempre; el guarda no saludó a nadie, como siempre; y los pasajeros pagaron su boleto, como siempre; en resumen, un éxito”.

Según supo El Cascote News, el gremio de los guardas celebrará una reunión, este sábado, para evaluar los pasos a seguir ante lo que sus afiliados entienden como un atropello.