Un accidente sufrido por un periodista televisivo cuando el taxi en el que viajaba chocó a otro auto al cruzar con luz roja reavivó el debate de la mampara y sus impactos en la seguridad de los pasajeros. Si bien los expertos en el tema afirman que este dispositivo es altamente riesgoso para quienes viajan en el asiento trasero, la inmensa mayoría de los usuarios no quiere que se retire. “Yo viajo en taxi varias veces por semana y prefiero toda la vida arriesgarme a tener una lesión en la cara que fumarme al taxista repitiéndome las animaladas que escucha en los programas de Petinatti y Nacho Álvarez”, expresó una usuaria frecuente de taxis. “Yo sé que con la mampara existe el riesgo de terminar con la cara desfigurada, pero es eso, un riesgo. Si no hay mampara, en cambio, es seguro que mi cerebro se va a freír por escuchar a taxistas defendiendo a violadores y criticando feministas”, expresó otro usuario. Según una encuesta difundida hace un mes, el 97% de los montevideanos prefiere la mampara antes que la conversación del taxista.

El testimonio anónimo: “Soy seguidor de Gustavo Salle y estoy en contra de la inclusión financiera, la vacuna de Pfizer y la Agenda 2030, pero pagar con tarjeta y no tener que hablar con el taxista es una bendición”. Persona que no quiso dar su nombre a conocer por temor a las represalias.