El domingo se conocieron algunas declaraciones de Mario Layera al fiscal que investiga las visitas del narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia a Cárcel Central, donde se reunió en varias ocasiones con el mafioso italiano Rocco Morabito, conocido como el “rey de la cocaína de Milán”. Layera afirmó que no estaba al tanto de las reuniones, aunque fuentes del Ministerio del Interior aseguran que en la cartera estos encuentros eran “bien conocidos”. “En aquel momento tanto González Valencia como Morabito nos dijeron que estaban armando un grupo llamado Narcotraficantes Anónimos, en el que los capos mafiosos se juntaban en un círculo, se presentaban, contaban cuánto tiempo llevaban sin traficar drogas a gran escala y hablaban de cómo era su lucha diaria por no recaer en el tráfico”, aseguró una de las fuentes. Cuando se conoció que Morabito se había fugado, el primer temor de las jerarquías del MI fue que el italiano “fuese a protagonizar una recaída”. Por eso, cuando se supo que en realidad se escapó simple y sencillamente porque prefería estar fuera de la cárcel, “todos nos sentimos aliviados”.

La conexión Marset: “Cuando uno ve la vida que llevaban González Valencia y Morabito, realmente no entiende por qué Sebastián Marset no quiere estar encarcelado en Uruguay”.