El aumento de la tensión en la ya de por sí conflictiva relación diplomática entre China y Estados Unidos, a raíz de unas declaraciones del presidente Joe Biden en las que calificó a su par Xi Jinping como “dictador”, podría ceder luego de las aclaraciones del primero. “Entendemos la molestia del señor presidente de China, pero quiero aclararle que cuando hablo de ‘dictador’, lo digo como algo que tampoco es tan tan malo”. Biden recordó que “varios aliados de Estados Unidos alrededor del mundo han sido catalogados como dictadores, y eso no necesariamente quiere decir que se trate de personas horribles. Simplemente tienen diferencias de enfoques con los estándares estadounidenses”. Biden reconoció que la relación con China seguramente sería mejor si el gigante asiático estuviera gobernado “por un líder controvertido, o lisa y llanamente autoritario, pero que hubiera sido puesto ahí por nosotros”. De todas maneras, le pidió a Xi “detener la invasión militar a Taiwán, que seguramente comenzó a preparar cuando me escuchó decirle dictador, y prestar más atención al contexto en que dije la frase”.
La defensa sorprendente: “China no debería enojarse con ese pobre hombre. A su edad es lógico confundirse las palabras”. Vladimir Putin, ruso loco.