Finalmente arribó a Uruguay la planta desalinizadora que el gobierno mandó construir cuando empezó la emergencia hídrica y que no pudo llegar antes por varios inconvenientes logísticos. Las autoridades explicaron que este equipamiento “va a dar un alivio”, aunque aclararon que “va a llevar un tiempo ponerla operativa, porque para cuando logremos armarla prevemos que va a estar lloviendo a mares, y obviamente es un equipamiento que no está diseñado para ser instalado cuando llueve mucho”. De todas maneras, aunque la planta no se use demasiado para paliar los efectos de una emergencia hídrica que aparentemente está terminando, podría servir en el futuro para tareas de “solidaridad internacional”. “Vamos a poder mandarla a cualquier parte del mundo en donde haya problemas de abastecimiento de agua potable y así quedamos como unos reyes. Eso sí, habrá que comprar unos Hércules 15 centímetros más grandes. Pero es una buena excusa para renovar la flota, que está muy vieja ya”.
La frase: “Se burlan de nosotros porque demoramos mucho, pero ya van a venir a pedirnos agua cuando el mundo se seque definitivamente. ¿No vieron Mad Max?”. Jerarca del gobierno resentido.