“España se perdió una oportunidad histórica para deshacerse de la izquierda por una buena cantidad de años. Es una lástima que Vox haya votado tan mal, aunque creo que no es culpa de ellos, sino de la campaña de demonización que tuvieron que sufrir por parte de la prensa mainstream y biempensante”, dijo ayer un uruguayo que para mediados de siglo, y cuando la extrema derecha haya llevado a Europa a una catástrofe económica, humanitaria y ambiental, estará negando haber apoyado a ese partido político español. “Así como mi padre jamás apoyó el franquismo, yo nunca voy a apoyar a Vox. Lo que mi padre decía es que, ante la amenaza comunista, un poco de franquismo venía bien. Algo parecido a lo que digo yo. Ante la amenaza de la corrección política y la ideología de género, un poco de Santiago Abascal no viene mal. Pero, así como él me decía que nunca apoyó al franquismo, yo les voy a explicar a mis hijos que nunca apoyé a Vox”, opinó otro uruguayo.

La palabra del Nobel: “Yo condeno muchas de las prácticas de Vox, pero lo apoyo porque es fundamental detener a los comunistas del Partido Popular”. Mario Vargas Llosa, escritor arrinconado en la derecha.