Las políticas antiinmigración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, marcaron ayer un nuevo hito. Por primera vez desde el comienzo de la segunda administración del mandatario, un ciudadano con ciudadanía estadounidense y extranjera fue deportado a un tercer país. Según informaron las autoridades de Estados Unidos, “se decidió la deportación de Robert Prevost, un ciudadano estadounidense que despertó las sospechas de los investigadores debido a sus vínculos con organizaciones criminales del Perú, país del que también es ciudadano”. La decisión generó fuertes cuestionamientos de parte de la iglesia católica, ya que Prevost es un sacerdote católico. “Nos parece una decisión absurda e incomprensible, sobre todo teniendo en cuenta que no tiene tatuajes. De todas maneras vamos a acogerlo en el Vaticano, porque es nuestro deber como católicos ayudar a quienes necesitan albergue y refugio”, explicaron desde la Santa Sede.  

La sospecha: “En su documento aparece como Robert Prevost, pero se hace llamar León XIV. Obviamente esconde algún turbio secreto”. Agente de inmigración protestante.