Ayer se divulgó un informe interno de la Armada en el que se da cuenta de varias irregularidades en el proceso de construcción de las dos patrulleras oceánicas que el gobierno uruguayo encargó al astillero Cardama. Desde la empresa española respondieron a estos cuestionamientos asegurando que la construcción de los buques se está llevando a cabo “en los plazos establecidos y de acuerdo al contrato firmado”. “El lunes de la presente semana empezó el proceso de colocación de remos. El miércoles de la semana siguiente se construirán los baldes de madera destinados a evacuar el agua que pueda acumularse en la bodega del barco y a mediados de agosto se instalarán los compartimentos para la brea y la estopa para arreglar posibles rajaduras en el casco de madera”, anunció Cardama en un comunicado.
La empresa también rechazó que su falta de experiencia en la construcción de buques militares pueda terminar afectando el resultado final. “Un barco militar es un barco común y corriente, pero con algunos agujeros para colocar los cañones. No es tan difícil”, concluye el comunicado.
La defensa: “El Frente Amplio quiere renegociar el contrato porque pone lo marítimo por encima de lo jurídico”. Javier García, especialista en derecho naval.