Luego de seis años, en la mañana de este martes se retomaron las excavaciones en el predio de La Tablada, esta vez a cargo de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), quien asumió la responsabilidad institucional de la búsqueda de desaparecidos a través de una ley votada el año pasado.

“Esto se había empezado a excavar hace un tiempo, fueron intervenciones puntuales, queda hacer un trabajo más profundo de toda la zona, porque los testimonios indican que ahí podría haber posibles restos de detenidos desaparecidos. La tarea de la INDDHH es poder verificar estas hipótesis y comprobarlas o descartarlas”, dijo en una rueda de prensa Mariana Mota. En el lugar estaba presente la coordinadora del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF), Alicia Lusiardo, y su equipo.

Según explicó la ex jueza, en las anteriores excavaciones de La Tablada se había trabajado en base a algunos datos pero ahora “se han acercado algunos más”. Además, sostuvo que el Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (Ielsur), que patrocina una de las causas, pidió que se excavara en la zona. Mota explicó que gracias a que se cuenta con una retroexcavadora, brindada por la Intendencia de Montevideo, los antropólogos del GIAF pueden inspeccionar la zona “sin desatender otras áreas que se están trabajando”.

La zona cautelada es de 350 metros cuadrados. Primero se desmalezará y luego comenzarán las excavaciones. “Se le ponen estacas a las áreas a excavar y luego se va excavando pedazo por pedazo, sin dejar espacio, para de esa forma poder inspeccionar toda la zona, hasta llegar al piso, lo que le llaman la roca madre”, explicó Mota.

La zona de excavaciones, no obstante, tiene varias “complejidades”: “es cercana al agua, es un basural y no es un espacio liso”, sostuvo Mota. Además, la directora de la INDDHH dijo que está planificado excavar otras zonas que pueden ser posibles lugares de enterramiento de cuerpos pero “todavía no tenemos la posibilidad ni el nivel técnico como para desarrollarlas, como por ejemplo la chacra de Pando, que también lo tenemos previsto”.

Mota informó que la INDDHH viene recibiendo datos sobre el posible paradero de desaparecidos, “en cierta forma paulatinamente, pero hay que verificar la información”. La directora alentó a las personas que tienen cualquier tipo de información a que la hagan llegar a la institución “de la forma que les parezca”, y resaltó que es “importante” que no se haga esto de manera anónima. Según aseguró, en el organismo se preserva la identidad de quienes aportan información. “Creemos que es importante que podamos hablar con las personas que tengan información, y priorizamos la información que viene con identidad”.

Las denuncias

Más de 200 personas fueron detenidas en el centro clandestino de La Tablada, conocido como “Base Roberto”, durante 1977 hasta 1983. Allí funcionó el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas y existe información que ubica a 13 detenidos desaparecidos vistos por última vez en el centro clandestino. En 2017, la Justicia determinó que es una zona cautelada y, por lo tanto, prohibió la edificación o modificación del edificio ni el predio. La medida fue adoptada a raíz de la intención del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente de construir una unidad penitenciaria allí.

A partir de los hallazgos de los restos de Fernando Miranda y Eduardo Bleier en el Batallón 13 y de Julio Castro y Ricardo Blanco en el Batallón 14, se sabe que los militares los enterraban en predios no muy cercanos al lugar, pero tampoco demasiado lejos, explicó a la diaria Ivonne Klingler, ex presa política e integrante de la Comisión Memoria de La Tablada (Cometa).

Si bien el predio es “enorme”, agregó que existen varias denuncias que apuntan a la zona del puente viejo, que es donde ahora se inició la búsqueda. Klingler contó que en algunos casos los propios detenidos habían escuchado a los militares hablar de enterramientos en la zona y que vecinos que vivían cerca de La Tablada han denunciado que habían “movimientos raros, con camionetas, en el lugar del puente viejo, un lugar posible, porque es una zona fácil para excavar”, ya que atraviesa un arroyo. “Se juntaron una serie de denuncias de ex presos, vecinos de la zona y denuncias anónimas que informan que hubo enterramientos en la zona, en dos o tres lugares”, explicó.

“Esto tiene un doble significado: es un mensaje para los familiares de que se sigue buscando y para la sociedad de que el famoso pasar la página no existe”, concluyó.

La memoria

A principios de 2019, La Tablada fue declarada un sitio de memoria. La ley 19.641, aprobada un año antes, determina que estos lugares deberán ser “objeto de especial protección respecto de la realización de obras o intervenciones futuras por parte del Estado o los particulares”. El objetivo de esta disposición es que no se innove en los sitios donde pueden haber pruebas para causas judiciales vinculadas al terrorismo de Estado o hayan sido denunciados como posibles lugares de enterramientos.

Klingler contó que en un corto plazo de tiempo y en base a colaboraciones solidarias y trabajo a “pulmón” se viene recuperando una parte importante del edificio. “Hay agua, luz y se está terminando de armar los baños. La idea es que el lugar pueda ser visitado por la gente y que podamos contar la verdad de lo que pasaba ahí”, explicó. Según dijo, ahora se está construyendo un lugar distinto, con miras de hacer talleres de los derechos humanos y darle “al barrio un lugar de intercambio positivo”. La integrante de Cometa contó que en el marco del Día del Patrimonio 350 personas recorrieron el lugar. “Arrancamos con todo”, concluyó.