El militar retirado José Nino Gavazzo declaró la semana pasada ante la jueza penal de 26º turno, Ana de Salterain, en la causa que investiga el secuestro de los hermanos Anatole y Victoria Julien, ocurrido en setiembre de 1976. Gavazzo, que se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria, pidió por razones de salud hacer su declaración por videoconferencia, lo que fue concedido por la sede. En su intervención el militar negó todo vínculo con el caso, pese a que Anatole, que tenía tres años y medio cuando fue secuestrado, lo reconoce y recuerda algunos dichos del militar.

Gavazzo era el último de los indagados que faltaba declarar en la audiencia ratificatoria, por lo que ahora se espera la resolución de la jueza, que tiene un plazo de 45 días para expedirse sobre el pronunciamiento del fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, quien en febrero de 2019 pidió el procesamiento del militar por dos delitos de privación de libertad, en concurrencia fuera de la reiteración, con dos delitos de supresión de estado civil y dos delitos de abandono de niños.

También pesa un pedido de procesamiento con prisión por los mismos delitos para los militares retirados Gilberto Vázquez, Jorge Pajarito Silveira y Ricardo Turco Arab.

Los hermanos Anatole y Victoria Julien fueron secuestrados junto a su madre, Victoria Grisonas, en un operativo realizado por militares uruguayos y argentinos en el domicilio de la familia, que vivía en la calle 25 de Mayo esquina Mitre, en la localidad de San Martín, en la provincia de Buenos Aires. Roger Julien murió en el operativo y su cuerpo fue desaparecido, mientras que los niños fueron trasladados al centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti junto con su madre, que aún permanece desaparecida.

En octubre de 1976 los niños fueron trasladados a Montevideo por oficiales pertenecientes al Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas y al Servicio de Información y Defensa (SID) y recluidos en el centro clandestino que funcionaba en la sede del SID, en Bulevar Artigas y Palmar. De allí fueron llevados a la ciudad de Valparaíso, posiblemente en un avión de la Fuerza Aérea, acompañados por una mujer a la que identificaban como “Tía Mónica”. El periódico chileno El Mercurio publicó el 29 de diciembre de 1976 la foto de los niños en la plaza Bernardo O’Higgins, donde fueron abandonados.

La participación de Gavazzo

En la causa fue presentado el testimonio que el preso político Álvaro Nores dio en setiembre de 1984, quien entonces estaba radicado en Canadá, Nores dijo que Gavazzo lo interrogó en Automotores Orletti y sostuvo que “hizo traer ante mí al pequeño [Anatole], el cual me informó que su hermanita y su mamá se encontraban ahí con él, al igual que muchos otros de sus amiguitos y sus madres”. Nores también recuerda que consultó a Gavazzo por el padre de los niños y que Gavazzo le dijo que se había suicidado en el operativo de su detención, masticando una pastilla de cianuro. Otros testimonios aportados en la causa recuerdan la presencia de Anatole y Victoria en Automotores Orletti, entre ellos el de la militante del Partido por la Victoria del Pueblo Beatriz Barboza y su esposo, Francisco Peralta, quienes escucharon a los niños en el centro clandestino, junto a Mariana Zafaroni y su madre.

Gavazzo, que era el segundo jefe del departamento de Planes, Operaciones y Enlace del SID, es recordado por Anatole. Según dijo Victoria Julien a Montevideo Portal, en declaraciones realizadas en junio de 2010, Anatole “tiene recuerdos bastante nítidos de aquellos momentos”. “Gavazzo lo venía a ver, le acariciaba la cabeza, y se habla de que él quería quedárselo. Le traía cosas y le decían ‘el coyote’. Recuerda que cuando nos abandonaron en la plaza le dijeron que ‘venían pronto’... la famosa ‘tía Mónica’”, comentó Victoria, sobre los recuerdos de su hermano.

En anteriores declaraciones a la Justicia, Gavazzo negó el vínculo con los niños, pero admitió haber realizado varios traslados desde Argentina a Uruguay entre fines de 1975 y fines de 1976.