La Fiscalía de Flagrancia de 6º Turno investiga una agresión a un hombre afrodescendiente ocurrida en Parque Posadas. Aunque en principio se trabaja sobre el caso concreto, la Policía analiza si existe alguna conexión con las agresiones realizadas, también con un bate de béisbol, hace unos días en la zona del Mercado del Puerto.

La Fiscalía ya tomó declaración a la víctima. El hombre aportó un mapa con el recorrido por el que fue perseguido por los agresores y datos que podrían servir para ubicar a testigos del hecho. Además, se le realizó un examen forense: se constató una fractura en el antebrazo y varios hematomas.

La fiscal adjunta, Silvia Nipoli, informó a la diaria que se realizó un relevamiento de las cámaras del Ministerio del Interior en las que se puede ver una camioneta que avanza a alta velocidad, pero no se llega a determinar el número de matrícula del vehículo.

También se pidieron las cámaras de dos locales de redes de cobranza ubicadas por la avenida Millán, que podrían tener imágenes de la persecución. “Se está trabajando y se está tratando de buscar todos los elementos que se puedan hilvanar, pero por ahora no se ha podido determinar nada que nos pueda ayudar para seguir adelante”, expresó Nipoli.

La agresión ocurrió en la tarde del 29 de julio cuando el hombre venía en bicicleta por Millán después de una jornada de trabajo. Al llegar a la esquina de Cané, vio que una camioneta Chevrolet Equinox negra asomó el capot con intención de cruzar Millán. “Voy yo, voy yo“, dijo el ciclista para advertirles que pasaba. En ese momento comenzaron a perseguirlo.

“Como a los 20 metros siento que la camioneta sale chillando las ruedas y me gritan ‘te vamos a partir la cabeza; a los negros hay que enseñarles el respeto’, y yo no entendía por qué me decían eso. Pensé que era un insulto callejero, de tránsito, pero cuando vi que los tipos estaban realmente ensañados, me imaginé lo peor”, comentó a la diaria el hombre, que prefirió mantener su identidad en reserva por temor a represalias.

Apenas pudo se desvió por Luis Alberto Herrera y se metió por la callecita que bordea las viviendas del Parque Posadas. “Agarré por ahí pensando que los tipos con la camioneta no podían circular, venía pensando en llegar al puentecito que atraviesa el arroyo Miguelete, y cuando salgo por Eusebio Valdenegro, miro para atrás y veo que los tipos venían ahí, habían seguido por Millán y doblaron por la Costanera, aceleraron y a las dos cuadras me encerraron. Se baja el chofer con el bate de béisbol y me dice: ‘te vamos a reventar todo, negro de mierda’. Yo nunca los agredí, sólo les cuestioné lo que estaban haciendo. El acompañante se baja pero se queda en la puerta de la camioneta, mirando, con la mano en el bolsillo; pensé que podía tener un arma”, relató. 

El agresor lo golpeó con el bate de béisbol; le provocó fractura en el antebrazo y varios hematomas. Según relató la víctima, algunos vecinos que estaban en el lugar se encerraron en su casa, pero nadie llamó a la Policía. Después de que los agresores se fueron, el hombre volvió hasta Millán y luego regresó a su casa. Al día siguiente, fue a un centro asistencial donde le enyesaron el brazo y le dieron calmantes para el dolor. Luego de ser asistido, realizó la denuncia en la seccional 12ª, pero como no le dieron un número para seguir la denuncia, decidió ir directamente a la Fiscalía, a recomendación de la ex presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos, Mirtha Guianze.

En las últimas horas la víctima declaró ante el equipo de investigación de la zona operacional III, que maneja la hipótesis de que se trata de la acción de pequeños grupos neonazis. A mediados de julio ocurrieron al menos tres agresiones de este tipo por parte de jóvenes armados con bates de béisbol y, en uno de los casos, con un arma de fuego de calibre 9 milímetros.

En esos casos las víctimas fueron personas en situación de calle, cuidacoches y consumidores de pasta base, que prefirieron no hacer la denuncia policial. Según los diferentes testimonios que publicó en aquel momento el diario El País, los agresores eran entre seis y siete hombres jóvenes que bajaron de sus autos directamente a golpear a las víctimas.