El juez penal de Canelones de 4° turno, Humberto Verri, condenó a 16 hinchas de Nacional en la causa que investigó el homicidio de Hernán Fiorito, en la madrugada del 28 de setiembre, en el ataque con armas de fuego contra hinchas de Peñarol que celebraban en la plaza de Santa Lucía el aniversario del club.

Verri condenó con penas de entre 23 y 25 años de prisión a las 15 personas que llegaron a la plaza de Santa Lucía como responsables de dos delitos de homicidio muy especialmente agravado, uno de ellos en grado de tentativa, y un delito de lesiones personales especialmente agravado.

También condenó a dos años de penitenciaría a un hombre que colaboró con los preparativos para el robo de las banderas de los hinchas, brindando información sobre los movimientos en la ciudad canaria.

Sobre la una de la madrugada del 28 de setiembre de 2016, 15 hinchas de Nacional, que partieron en tres autos desde la sede del club en Montevideo, llegaron armados a la plaza de Santa Lucía con intención de robar las banderas. Al llegar dispararon al grupo de unos 60 hinchas que estaban en la plaza, que no pudieron verlos llegar porque las banderas se lo impedían. Ninguno de ellos estaba armado. Como consecuencia del ataque murió Hernán Fiorito, de 20 años, y fue herido de gravedad otro hincha de Peñarol de 19 años, que recibió cuatro impactos de bala.

“Vienen los de Nacional, vamos a levantar las banderas”, advirtió el joven que resultó herido, quien relató en la sede penal que los agresores aparecieron detrás de las banderas: “El que apareció detrás del árbol, al no poder desatarla, la raja y con la derecha saca un arma de entre el camperón, a la altura de la cintura, y efectúa los cinco disparos”.

“Cuando llegamos a la plaza se desató el infierno... Dispararon y disparé mi arma... Con dirección a las patas de las personas que estaban en la plaza, eran hinchas de Peñarol... Cuatro disparos... Ellos quedaron ocultos tras las banderas, se les veían las patas y empecé a tirarles a la altura de la cintura para abajo”, declaró uno de los jóvenes condenados.

“Disparé el arma para adelante, sin apuntar pero para adelante, hacia donde venían los de Peñarol... Estaba muy asustado y no pensé nada... Fue como un descontrol... Apreté el gatillo... Hice seis disparos. Venían detrás de la bandera... La gente estaba delante y atrás de las banderas, había mucha gente... No tiré todos los tiros en una misma dirección... Estaba muy nervioso, fue el miedo o la adrenalina, no sé”, dijo otro de los condenados por el homicidio.

En la sentencia, a la que accedió la diaria, el juez Verri destaca la información que el grupo de hinchas de Nacional manejó para preparar el ataque, conseguir los tres autos y los choferes y elegir a las víctimas.

Dos días antes del ataque, uno de los condenados consultó a un contacto en Santa Lucía si habría festejos en la ciudad, dado que consideraban que sería más fácil robar las banderas fuera de Montevideo. El día anterior al ataque, algunos de ellos recorrieron Montevideo en busca de banderas de hinchas de Peñarol que no estuvieran armados. Para concretar el ataque a la plaza de Santa Lucía, consiguieron tres autos, un Cherry QQ, un Chevrolet Spark y un Volkswagwen Gol, que fue conducido por un chofer al que contrataron por 1.000 pesos.

Llegaron al lugar con cinco armas de fuego, que llevaron en dos de los tres autos y luego fueron distribuidas al bajar, entre ellas un revólver calibre 22, una pistola calibre 635 y en el lugar se encontraron vainas calibre 38 Special.

Días después del hecho, uno de los condenados envió un mensaje por Whatsapp: “La semana pasada me llegó una información que la peña de Punta de Rieles, la de Piedras Blancas, la de Pando, están juntando gente para hacer una emboscada a la gente que viene del interior, que vienen por Ruta 8 y la 102. Los de Minas ya saben, si conocen a alguien se avisan un gol. Esto es de otro dirigente. A mí me preguntaron si conocía a alguno del video y me tiraron un par de nombres... Se están moviendo”.

Otros diálogos revelados en la sentencia muestran que los condenados seguían la investigación: “Hablé con el Seba... Vieron las cámaras...”. “La poli?”. “Sí. Y van a seguir con eso me dijo porque ya le pidieron a Inteligencia. Que ayude”. “Los milicos van a andar ahí... sólo tienen imágenes, no las asocian con nombres”. “Aún no pidieron imágenes de la sede”.

El juez destacó también cómo los agresores, además de no ser detenidos, intentaban proteger al club y recriminaron a uno de los condenados que fue a la sede de Nacional, días después del hecho. “Vo Washi, vos parece que lo hacés por gusto, vos vas ahora a la Sede [...]. Están las cámaras y los milicos están atrás tuyo, que parte no estás entendiendo, vos no podés ir a la Sede, por más que quieras no podés acercarte a la Sede... ponés en problemas a todos [...]. Comprometés la seguridad de Nacional, a los dirigentes de Nacional, decir vo, el que estamos buscando baja a la Sede y ellos están diciendo que no saben quien sos”. “No anden entrando y saliendo por 15 días no podemos venir no sé que”; “¿15 días? En el horno”; “es la novedad hable con el sapo”, dice uno de los mensajes que intercambiaron.

13 de los condenados permanecerán en libertad hasta que la sentencia quede firme

Ante la excesiva duración del proceso -la causa fue procesada en el marco del viejo Código de Proceso Penal-, 13 de los ahora imputados fueron excarcelados y se encuentran en libertad provisional desde diciembre de 2018.

“A pesar de la individualización prima facie de la futura pena, muy probablemente de penitenciaría, ello se relativizó y se confirió -con vista fiscal favorable- la excarcelación provisional de los nombrados encausados al introducirse la consideración de un supuesto temporal (la excesiva duración del proceso)”, señala el juez.

El inciso uno del Artículo 138 del viejo Código del Proceso Penal establece que “podrá concederse la excarcelación del procesado que se encontrare en prisión preventiva, en cualquier estado de la causa, salvo que la ley reprima el delito atribuido con mínimo de penitenciaría, o cuando se estime, 'prima facie', que la pena a recaer en definitiva será de penitenciaría”.

El nuevo Código de Proceso en su artículo 402 refiere a las causas iniciadas en el viejo Código y establece que “la suspensión condicional de la pena y la libertad condicional, así como cualquier otro instituto que implique un beneficio para el condenado, continuarán aplicándose a las causas penales, en trámite o finalizadas”.

Una vez que la sentencia quede firme, cuando ya no pueda ser modificada, la Justicia deberá analizar si corresponde o no el reintegro a la cárcel de los condenados.