El exvicepresidente Raúl Sendic, titular de Ancap entre 2010 y 2013, declaró este jueves de tarde ante el Juzgado de Crimen Organizado por la causa que indaga en el fallido proyecto de la regasificadora que lideró la firma Gas Sayago, propiedad de la petrolera estatal y UTE. Al salir, habló en rueda de prensa y defendió la viabilidad de la planta para procesar gas natural licuado y señaló que “no fue un capricho de los directores [de los entes], sino un análisis hecho concienzudamente analizando las posibilidades del mercado de gas para Uruguay”.

Por esta causa ya han declarado el expresidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, la extitular de Ancap, Marta Jara, el exdirector nacional de Energía, Ramón Méndez, y los exdirectores de UTE, César Briozzo, el colorado José Amy y el blanco Enrique Antía, entre otros.

La firma Gas Sayago fue creada en 2011 —es propiedad de UTE (79,35%) y Ancap (20,65%), pero funciona en el derecho privado— para encargarse de la construcción de una planta regasificadora en el oeste de Montevideo, proyecto del gobierno del Frente Amplio (FA) que tenía como socio clave a Argentina. Dos consorcios internacionales ganaron la licitación para la operación de la planta y contrataron a la brasileña OAS para la obra civil; la firma luego quedó envuelta en el escándalo de corrupción de Odebrecht y terminó en la quiebra.

Sobre estas circunstancias, así como sobre los estudios previos de viabilidad que existían a la interna del gobierno, fue consultado Sendic en su declaración, según comentó luego de la audiencia. “Me preguntó si había estudios de viabilidad del proyecto en Ancap que permitieran saber que era viable. Había dos estudios, uno hecho por técnicos de Ancap y otro por la Dirección de Energía, que daban un valor de 156 millones de dólares al proyecto, tomando como base el año 2013. Esos dos análisis de viabilidad están en un expediente de Ancap, que no ha sido traído aquí pero tiene que estar a disponibilidad”, expresó.

Consultado en la rueda de prensa sobre qué falló en el proyecto, apuntó a la contratista OAS: “Falló que OAS entra en proceso de quiebra a partir de toda la situación que se dio en Brasil con el Lava Jato; eso fue posterior a 2013 y eso hace que GDF [la firma elegida para operar la planta] desista del proyecto y pague la multa de 100 millones de dólares. En ese momento es que empieza a entrar en dificultades el proyecto”.

Agregó que hasta ese episodio “el proyecto era viable” y que “la posibilidad de vender gas a Argentina siempre estuvo”. Incluso señaló que “si hoy teníamos la regasificadora, así como le vendemos energía a Argentina también le venderíamos gas; Argentina tiene un déficit de más de 40 millones de metros cúbicos de gas”.

Sendic indicó que otra pregunta en la declaración fue sobre el interés y participación de Argentina en el proyecto: “Otra pregunta fue por qué no paramos” cuando el país vecino se bajó “y fui claro en decir que el proyecto era viable sin Argentina para Ancap”. Recordó que la empresa estatal “tenía en ese momento un mercado de 300.000 metros cúbicos de gas y pensaba desarrollar un millón de metros cúbicos diarios, ampliando el mercado industrial y residencial; había una viabilidad bien clara”.