La Suprema Corte de Justicia (SCJ) rechazó el pedido de casación interpuesto por el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, en la causa que investiga el homicidio del médico Vladimir Roslik, según informó el semanario Caras y Caretas y confirmó la diaria.

De esta forma, la SCJ ratifica la sentencia del Tribunal de Apelaciones en lo penal de segundo turno, que había considerado que existía cosa juzgada sobre la muerte del médico de San Javier, al legitimar la actuación de la Justicia militar, y el caso no será investigado por la Justicia ordinaria.

El militar señalado como responsable del homicidio, el mayor Sergio Caubarrere, fue juzgado por la Justicia militar en 1984 y fue condenado a cuatro meses y 18 días de prisión por los delitos de abuso de autoridad y homicidio culpable.

En el pedido de casación realizado por Perciballe, el fiscal calificó como un caso de “cosa juzgada aparente o fraudulenta” y rechazó el argumento del tribunal de que no hubo impugnación a la definición de la Justicia militar.

“La pregunta que nos hacemos es ¿quién podía impugnarla? Obviamente, no podían hacerlo las víctimas, quienes recién hoy a partir de las leyes 18.026 y 19.293 son sujetos procesales. Tampoco podía impugnarla el Ministerio Público (civil u ordinario) que no fue parte en el proceso, pues en dicha instancia sólo actuó un fiscal militar que era parte de todo el círculo de actores que daban apariencia de legitimación a una justicia que no era tal”, sostuvo Perciballe en el pedido de casación.

Otra de las razones por las que no se dio lugar a la apertura de la causa, en segunda instancia, fue la existencia de la apertura de un juicio reparatorio en la Justicia contenciosa administrativa, lo que fue calificado por Perciballe como una mezcla “absolutamente innecesaria”. “¿Qué vínculo tiene una cosa con otra?”, cuestionó.

Este martes el ministro de Defensa Nacional, Javier García, cesó como presidente del Supremo Tribunal Militar al general Daniel Castellá, luego de encontrar un documento que reveló su presencia en el interrogatorio con torturas que provocó la muerte de Roslik, quien fue detenido el 15 de abril de 1984 y murió al día siguiente como consecuencia de las torturas que le infligieron en el Batallón de Infantería 9 de Fray Bentos. Fue el último fallecido por crímenes de lesa humanidad de la dictadura.