El ministro de Defensa Nacional, Javier García, se refirió el lunes en la Comisión de Defensa del Senado al proceso que culminó con la destitución del general Daniel Castellá como presidente del Supremo Tribunal Militar. Según consta en la versión taquigráfica de la sesión, García relató que puso en conocimiento de su decisión al presidente Luis Lacalle Pou y que el mandatario estuvo de acuerdo con la resolución.

Luego citó a Castellá al ministerio: “Le planteé que había un hecho que para mí era incompatible con el cargo de la presidencia del Supremo Tribunal Militar, que era el haber participado en el interrogatorio del doctor [Vladimir] Roslik. Le dije que era absolutamente incompatible haber estado en ese interrogatorio en el cual –como consta y, obviamente, todos sabemos– muere asesinado por torturas el doctor Roslik con el ejercicio de la presidencia de un órgano jurisdiccional”.

Castellá respondió que él no estuvo en el interrogatorio, aunque admitió haber sido el responsable de la patrulla que detuvo a Roslik en su casa, a las cuatro de la madrugada el mismo día de su muerte. Ese dato ya había sido publicado por el semanario Jaque en 1984.

García le respondió: “Le aclaré que yo escuchaba su afirmación pero que el único documento jurídico, la única instancia judicial que hasta la fecha existía –estamos hablando del año 1984–, era el que tenía en mis manos”.

El senador de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos admitió haber hablado más de una vez con Castellá sobre el caso Roslik. El lunes en comisión dio una versión novedosa: afirmó que todos los oficiales se implicaron por “solidaridad” con el mayor Sergio Caubarrere, que en 1984 era subjefe de la unidad militar donde mataron a Roslik, y con el “interrogador”, el teniente Dardo Ivo Morales.

“Yo conocí al general Castellá en mi época de servicio activo”, afirmó Manini. “Él siempre dijo: ‘Yo no estuve presente en el interrogatorio. Todos los oficiales nos pusimos en la lista por solidaridad con el segundo jefe y por quien haya estado en el interrogatorio’”.