Tras la audiencia que extendió la prisión preventiva a Alejandro Astesiano, exjefe del Servicio de Seguridad Presidencial, la fiscal Gabriela Fossati informó que se identificó el posible involucramiento en el caso de dos jerarcas policiales del Ministerio del Interior, que ya fueron citados a Fiscalía como indagados y que no quisieron declarar.

Este hallazgo surge a partir de la pericia del celular de Astesiano, del que la Policía Científica sólo pudo recuperar menos de 2% de la información que tenía porque, antes de ser detenido, estando al tanto de la investigación, borró el contenido de su celular. Además de los delitos por los que ya fue imputado asociación para delinquir, tráfico de influencias y suposición de estado civil se presume, a partir de lo encontrado en el celular, que Astesiano estaba involucrado en otros delitos.

Según informó El País, Fossati planteó en la audiencia que “se ha podido conocer el manejo de Astesiano en otros pedidos hechos a autoridades públicas que, a juicio de esta fiscal, tienen todos los visos de ser ilícitos”. Por eso, se realizaron diligencias al Ministerio del Interior para chequear si las potestades que se atribuía Astesiano eran “válidas o no”.

Cabe mencionar en este marco que la determinación de la validez de sus pedidos a este jerarca se asocia al rol que tenía asignado. El Decreto 16/006 que describe las potestades de Astesiano por ser el jefe del Servicio de Seguridad Presidencial le asigna ser el enlace con la Policía y el Ministerio del Interior, que debían brindarle apoyo e información. Desde su rol, se le daba la posibilidad de “requerir en cualquier momento apoyos y recursos” de estos y otros organismos públicos y entidades privadas. La reglamentación establece que las instituciones del sector público “están obligadas a suministrar la colaboración directa, el apoyo o la información que le sea solicitada”, con la “premura y/o las prioridades” que determinara Astesiano.

Fossati solicitó al Ministerio del Interior conocer si las jerarquías policiales identificadas estaban habilitadas para recibir y cumplir pedidos como los que les hizo Astesiano.

El País compartió uno de los mensajes que leyó la fiscal ante el juez Alejandro Asteggiante en la audiencia. El mensaje fue enviado por Astesiano a una jerarquía policial el 10 de febrero de este año.

La fiscal explicó que Astesiano le pidió a este jerarca que envíe policías en moto a un tablado que se llevaba adelante en un club de fútbol del complejo habitacional en el que vivía, en Avenida Millán y Camino Lecocq, de donde también surgieron voces que acusaron a Astesiano de presuntas irregularidades y delitos.

La fiscal leyó el mensaje: “Del otro lado tenemos al barrio Conciliación, que siempre vienen a romper las bolas. Si puedo conseguir ahí algunos policías y algunas motos o algo. Sólo para estar nomás. Para hacer acto de presencia y [que] no vengan a joder, ¿viste? No te quiero joder. No te quiero comprometer”.

“Estamos hablando de una solicitud de recursos públicos hecha en forma directa y por una vía telefónica que tiene una apariencia claramente delictiva”, apuntó Fossati, y enfatizó en que una de las tantas actividades privadas que surgen asociadas a Astesiano era la de brindar seguridad privada.

Además, relató otro mensaje enviado al mismo jerarca policial, en el que le pedía “aguantar” un cupo en la Escuela de Policía porque la hija de una compañera suya de Recursos Humanos de la Torre Ejecutiva tenía intenciones de ingresar a la Policía, pero tenía pendiente una materia del liceo que la daría en julio, luego de comenzado el año lectivo en la Escuela de Policía, donde se inscriben miles de personas anualmente para pocos cupos. “Se hizo la gestión”, fue la respuesta del jerarca policial, según informó Fossati. “Si se comprueba que se hizo la gestión, claramente ha habido un tráfico de influencias a una persona que no correspondía”, sentenció la fiscal.