El exdirector de Policía Nacional Mario Layera compartió una carta en la que fundamenta su postura personal a favor del Sí en el próximo referéndum sobre 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC).

Layera recuerda en la carta publicada por Búsqueda que cuando estaba al frente de la Policía Nacional reconoció “como grave la situación en el área seguridad ciudadana”, pero se opone a un sistema que se sustente “en el miedo”. En su manifiesto a favor del Sí, Layera expresa que basa su opinión en “el conocimiento interno en relación a la Policía y la seguridad”. En esa línea, considera que la LUC, tal como está planteada, “en lugar de proteger confunde vida/propiedad, libertad/detención, autoridad/derechos humanos”.

Layera sostiene que “sólo algunos” policías “quieren recorrer el camino de la injusticia, nada los separa de los que infringen la ley” y agrega que “los demás sabemos que el respeto es una doble vía que se construye elevando el nivel profesional y la calidad de nuestro trabajo, obteniendo la confianza de quienes son los sujetos de sacrificio, nuestra sociedad, el ciudadano”. “Sin un amplio reconocimiento es imposible avanzar legítimamente”, señala.

En este sentido, asegura que para tener un amplio reconocimiento de la ciudadanía es necesario que los actores del sistema político los “respalden con justo amparo, otorgando la dignidad en el desempeño a través del presupuesto y la oportunidad del conocimiento”.

En contrapartida, apunta a que no ayudan a esa legitimación de la tarea la pérdida de salario, la falta de recursos humanos y logísticos, y el hecho de que en lugar de otorgar “oportunidad a los jóvenes y especialmente a las mujeres, motor de cambio y renovación, se ingresen policías retirados que ya cumplieron su ciclo en la Institución; a los que siempre reconoceremos su valor y merecido descanso de las tareas tan exigentes que demanda la acción operativa”.

Para el exjerarca la LUC “empodera a la Policía para que enfrente toda situación de conflicto social más que al crimen organizado, la corrupción y la violencia de género”. A su entender, “un sicario no va a ser disuadido, tampoco el tráfico de drogas, ni lo siente; por el contrario, expone a los policías a obviar los riesgos en estos casos y a enfrentar al ciudadano común con la fuerza desmedida de la mal considerada ‘guerra’”.

Layera afirma que “el camino para superar este tránsito en nuestro tiempo” es “la promoción de la Inteligencia” y “no la fuerza”. “Reconocer el problema es un paso, entender la complejidad y alcance es otro, resolver con sólo represión es simple y deriva en un estado policial que no se corresponde con nuestra democracia y el respeto de los derechos humanos, tan reconocido en el ámbito internacional, igualmente que nuestra Policía”.