La fiscal de Flagrancia de 7° turno Silvia Naupp trabaja en la identificación del cuerpo encontrado el lunes en las aguas del puerto de Montevideo, que pertenecería a Pablo Velázquez, el marinero de cubierta de la empresa de remolcadores Reyla, que cayó al agua en la madrugada del domingo 19 de junio.

Naupp informó a la diaria que se están realizando los trámites de rigor sobre el cuerpo para identificarlo por ADN y determinar las causas de la muerte. Naupp tomó declaración a los trabajadores portuarios que hallaron el cuerpo, a unos 50 metros de donde ocurrió el accidente de Velázquez.

El abogado de la familia del trabajador, Juan Bordoli, dijo a la diaria que tras el hallazgo del cuerpo, la familia decidió hacer la denuncia penal en Fiscalía, lo que concretará en las próximas horas, seguramente enmarcada en la ley de responsabilidad penal empresarial.

“Lo que busca la familia más que nada es que la muerte de Pablo sirva para que esto no vuelva a suceder”, expresó.

El abogado informó que durante esta semana han “recabado información y entendemos que no se cumplían con las medidas de seguridad que están dispuestas en la legislación vigente”, señaló el abogado y mencionó el decreto 394/2018, que establece condiciones para el trabajo portuario.

Bordoli planteó que el video de las cámaras del puerto de Montevideo, por el que se detectó la caída del trabajador al subir a un barco remolcador, da cuenta de que no se estaban cumpliendo con los protocolos para acceder a la embarcación, dado que estaba subiendo por un cabo y no por escalera.

“Tampoco estaban las redes que la normativa indica y es por eso que ocurre el accidente. Si estuvieran esas medidas, el resultado hubiera sido otro”, señaló. El artículo 140 del decreto 394/2018 establece que deben colocarse “redes de seguridad a ambos lados” de la escalera de ingreso al barco “y en toda su longitud”.

En ese sentido, el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines, (Suntma) Mauro Rivero, dijo a la diaria que las medidas de ingreso a los buques no se estaban cumpliendo, particularmente lo establecido en el Código de Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias (PBIP), establecido por la Organización Marítima Internacional (OMI).

“La responsabilidad de la empresa está en no tener a alguien cumpliendo el rol que está establecido por el control de PBIP, que es tener a un marinero haciendo un control específico de ingreso y egreso del barco, tanto de tripulantes como de personal de tierra”, sostuvo Rivero.

El trabajador señaló que, cuando ocurrió el accidente, Velázquez estaba subiendo a un buque distinto al que trabajaba, dado que la empresa tiene siete buques, pero no los tiene todos operativos, por lo que para acceder al lugar de trabajo Velázquez debía recorrer dos buques de entre 30 y 40 metros.

“Ese control de seguridad no lo hace nadie, este trabajador no se ahoga en la embarcación en que trabajaba él. Nadie estaba cumpliendo ese rol en esas embarcaciones”, apuntó.

Rivero dijo que faltaban materiales de seguridad, pero opinó que no hubieran sido determinantes para salvarle la vida por el golpe que se da el trabajador cuando resbala, por lo que subrayó la incidencia de la falta de una guardia de control de ingreso, en el desenlace del accidente. “Como no había nadie no pudo ser rescatado”, advirtió Rivero.

Consultado sobre el cumplimiento de estas medidas en otras empresas marítimas, Rivero dijo que “se da este incumplimiento en algunas empresas, pero la mayoría cumplen con tener la guardia mínima de seguridad en las embarcaciones”.

“No tienen a nadie, un trabajador de cualquier otra empresa, alguien que esté en el puerto se puede subir a las embarcaciones y prenderlas, por ejemplo. La guardia mínima de seguridad en los barcos que están operativos tiene que estar”, añadió.

La caída del trabajador fue informada por la empresa recién el 24 de junio, seis días después de ocurrido el accidente. Ese día, a pedido de Prefectura, la empresa entregó los videos de seguridad en los que se registró el accidente.