Este sábado a las cuatro de la mañana hubo un homicidio en una fiesta particular en Teniente Rinaldi y Trapani, en el barrio Plácido Ellauri. En el baile había unas 50 personas.
Un adolescente de 14 años mató a un hombre de 26 años, quien, según declaró, intentó abusar de él en la fiesta. El adolescente dijo que el hombre intentó tocarle los genitales. Por eso, buscó un arma que estaba en un ropero de donde era la fiesta, salieron del lugar y le disparó varias veces.
En la información que surge del registro policial al que accedió la diaria se plantea que el testigo del hecho fue el hermano del adolescente, de 13 años, quien planteó que estaban en un cuarto oscuro cuando su hermano “fue manoseado” y en ese momento salieron y vio cómo su hermano le disparaba al hombre.
El hombre que fue asesinado tenía 26 años y antecedentes penales. Un servicio de emergencias constató su fallecimiento en el lugar.
El adolescente se entregó en forma voluntaria con el arma (una Glock) y fue detenido por la Guardia Republicana.
La Policía Científica relevó la escena. Se informó que el hombre asesinado tenía 24 orificios en el cuerpo. Los disparos fueron principalmente en el tórax y presentó roces de bala en la cara, el torso, y en la pierna y el brazo derechos. En el lugar se encontraron 11 vainas calibre 9 mm.
La Fiscalía de Adolescentes de primer turno asumió el caso. El titular de esa fiscalía es el fiscal Ricardo Chiecchi, pero las actuaciones las dispuso la fiscal adjunta Silvia Arroyo, quien ordenó la conducción del adolescente al Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente, la autopsia del fallecido y el relevamiento de la escena para buscar huellas en el arma que coincidan con las del adolescente.
Según informó Fiscalía, el fiscal Ricardo Ciecchi solicitó la condena para el autor del homicidio simple, sin agravantes. El juez accedió a este pedio y el adolescente fue condenado a dos años y medio de prisión. En la audiencia sostuvo que fundó su accionar en que el hombre al que mató intentó abusar de él y de su hermano. También sostuvo que el arma la encontró en un ropero del lugar y que no conocía su origen.
Tras analizar el arma, se determinó que era propiedad del Ejército y que no se había detectado el faltante hasta que sucedió este hecho. A partir de este caso, además de esta arma, se detectó que faltan otras dos. El arma del Ejército utilizada en este crimen fue una Glock 17, cuyo cargador tiene capacidad para 17 balas.