La jueza en lo penal de 23er turno, Isaura Tórtora, procesó con prisión al militar en situación de reforma Ricardo Arab por el fusilamiento de cinco militantes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) en la localidad de Soca en diciembre de 1974.

Tórtora dispuso el procesamiento con prisión de Arab por cinco delitos de homicidio muy especialmente agravados, dos delitos de privación de libertad, un delito de abuso de autoridad contra los detenidos y un delito de supresión de estado civil en calidad de coautor.

En la sentencia, a la que accedió la diaria, Tórtora plantea que la investigación judicial logró probar que el hecho “fue resultado de un procedimiento realizado por el Departamento III del Servicio de Información y Defensa [SID] entre quienes revistaban José Nino Gavazzo, Manuel Cordero, José Arab y Gilberto Vázquez”.

En cuanto a la participación de Arab, que se desempeñó en el Departamento III del SID entre 1971 y 1976 y cumplió funciones de enlace en el exterior con la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) en Argentina, la jueza rechazó los argumentos de la defensa que señalan que no participó en los hechos, coincidiendo con la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad en cuanto a la participación de Arab, que es elogiado en su legajo por su participación en “operaciones contra la sedición” y en las tareas de análisis de información obtenida en operativos en Argentina.

En el legajo de Arab se destaca un “largo y eficaz trabajo de inteligencia del equipo el cual integra este Señor Oficial, se obtiene un importante objetivo en la lucha antisubversiva, tal objetivo significó a la organización extremista la pérdida de un año de trabajo y un tiempo más largo para poder reclutar los pocos y diversos simpatizantes con que cuenta el país. Demuestra con ello su capacidad de trabajo y profundo conocimiento de la labor de inteligencia”.

La Fiscalía había pedido el procesamiento de Arab en febrero de 2023 por los mismos delitos por los que fue procesado, destacando su rol en el exterior como enlace del SIDE.

Crónica de los hechos

El crimen fue cometido al día siguiente del asesinato del coronel Ramón Trabal en la embajada uruguaya en París, ciudad a la que había sido enviado como agregado militar, luego de una contienda interna entre militares. La dictadura presentó estas ejecuciones como una venganza por el asesinato de Trabal para abonar la versión de que el militar había sido asesinado por los tupamaros.

El 8 de noviembre de 1974 fueron detenidos durante el festejo de un cumpleaños en el barrio porteño de Once, por militares uruguayos y argentinos, Graciela Estefanell, de 34 años; Héctor Brum, de 28; su cónyuge María de los Ángeles Corbo, de 26; Floreal Amaral García, de 31 años; su cónyuge Mirta Hernández, de 29; su hijo, Amaral García, de tres años; y Julio César Abreu.

Tras ser detenidos, fueron trasladados a un centro de torturas conocido como El Garaje y luego trasladados clandestinamente a Uruguay, donde fueron torturados en el centro clandestino de detención 300 Carlos R, en la rambla República de México, en una casa que había pertenecido al MLN y fue apropiada por la dictadura en mayo de 1974. Amaral García, que había nacido en octubre de 1971, fue entregado a un matrimonio de integrantes del SIDE e inscripto falsamente como Manuel Moreno Gonella, y sería identificado por su familia en julio de 1985 en la provincia argentina de Formosa.

En horas de la madrugada del 20 de diciembre, Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, María Corbo y Graciela Estefanell fueron trasladados a la intersección de las rutas 70 y 9, donde fueron ejecutados de varios disparos de armas de fuego.

Un informe médico de la época reveló que fueron acribillados de varios disparos, estando con las manos atadas y los ojos vendados. En el lugar fueron encontradas más de 50 cápsulas de proyectiles calibre nueve y algunas calibre 43 y la inscripción sobre la carretera de la sigla MMM, con la que buscaron atribuir las ejecuciones a una presunta nueva organización guerrillera.

La causa contó con el testimonio de Abreu, quien no pertenecía al MLN y fue liberado cuatro días más tarde de los asesinatos bajo amenaza de que no relatara los crímenes.