La Suprema Corte de Justicia (SCJ) rechazó por unanimidad el recurso presentado por la defensa de Adrián Mastandrea, un joven de 20 años que fue condenado a diez años de penitenciaría por abuso sexual, privación de libertad y rapiña.
Los ministros de la Corte rechazaron los argumentos de la defensa, llevada adelante por Ignacio Durán y Rafael Szcelsa, quienes señalaron que el vínculo fue consentido y que existía una relación previa entre ambos.
La SCJ confirmó lo planteado en primera y segunda instancia en cuanto a que la víctima fue privada de libertad en todo momento y se apoyó, entre otras pruebas, en un testigo a quien la víctima intentó pedirle ayuda con gestos.
Si bien la defensa asegura que no fue adecuadamente valorada la prueba presentada por el victimario y que existió “contaminación” de la evidencia por parte de la Fiscalía, la SCJ señala que en el escrito presentado no hay una hipótesis de nulidad y que no se determina qué normas infringió la Fiscalía durante la investigación y que las pruebas fueron aceptadas por el juez de garantías durante la audiencia de acusación.
“Se alcanzó la certeza requerida para desvirtuar la presunción de inocencia que ampara al imputado, quedando en evidencia los actos de naturaleza delictiva que realizó el imputado sobre la víctima”, expresó la sentencia de la SCJ, a la que accedió la diaria.
Los ministros también reprocharon a la defensa del victimario haber “copiado y pegado” parte del escrito presentado ante el Tribunal de Apelaciones para recusar la sentencia de primera instancia.
“Es carga de quien sufre agravio individualizar con precisión el error jurídico que atribuye a la impugnada y tal finalidad no se cumple simplemente reiterando argumentos ya repelidos por una sentencia fundada en la ley. En consecuencia, todo el repaso de indicios y su análisis, que reitera textualmente lo ya expresado en el recurso de apelación, no será tenido en cuenta por el incumplimiento de los requisitos formales”, sostiene el fallo.
El hecho ocurrió en la madrugada de 2019 cuando la víctima fue alborada desde atrás por el victimario cuando estaba esperando el ómnibus para ir a trabajar en la calle César Mayo Gutiérrez, en Colón. La víctima fue trasladada bajo amenaza a un descampado y luego también bajo amenaza fue llevada hasta un kiosco de la zona donde el victimario compró un refresco. Ante la resistencia de la víctima, el hombre terminó huyendo del lugar, pero antes se llevó el dinero que traía la víctima.