José Peirano llegó al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi sobre las 15.00 (hora uruguaya) y fue trasladado a la sede de Interpol donde esperará la audiencia judicial en la que se definirán las condiciones en las que esperará el proceso en su contra, iniciado en 2002, tras la quiebra del Banco Alemán.
El abogado de Peirano en Paraguay, Guillermo Duarte, dijo a la diaria que en la audiencia de este martes pedirán la libertad del exbanquero por considerar que no pone en riesgo el avance del proceso y su sujeción a la Justicia paraguaya.
“La primera discusión va a ser cuál es la medida cautelar con la que va a enfrentar el proceso. Para nosotros es muy importante considerar que José nunca fue renuente a dar la cara para aclarar estos hechos ante la Justicia en Paraguay. Si él no vino antes fue porque estaba cumpliendo medidas privativas de libertad en Uruguay, lo que era un obstáculo insalvable para presentarse ante la Justicia paraguaya”, expresó su abogado.
Según confirmaron a la diaria fuentes judiciales, Peirano fue extraditado por las dos causas que tiene abiertas en Paraguay, una que fue iniciada por el Banco Central de Paraguay, en la que se investigan maniobras fraudulentas contra los ahorristas del Banco Alemán y la otra iniciada por los ahorristas del Fondo Mutuo Banaleman, en una maniobra que alcanzaría los 40 millones de dólares.
La causa vinculada a la quiebra del Banco Alemán será llevada por el juez penal de Garantías de 4° turno, Raúl Florentín, quien deberá definir la responsabilidad de Peirano por los delitos de conducta indebida en situaciones de crisis y lesión de confianza, originados a raíz de la participación de Peirano en la operativa del grupo Velox, desde donde se habrían desviado ilegalmente 19 millones de dólares del Banco Alemán.
El delito de conducta indebida está previsto en el artículo 175 del Código Penal paraguayo y prevé penas de hasta cinco años de penitenciaría para quien “elaborara o modificara balances de tal manera que esto dificulte conocer su estado patrimonial real, omitiera elaborar el balance de su patrimonio o el inventario en el plazo establecido, o en el tráfico mercantil utilizara resúmenes falsos o distorsionados del estado real de sus negocios o patrimonio”, entre otras conductas tipificadas.
En tanto, el delito de lesión de confianza, establecido en el artículo 192, tiene una máxima de cinco años que puede llevarse a diez en casos graves y está previsto para quien, “en base a una ley, a una resolución administrativa o a un contrato, haya asumido la responsabilidad de proteger un interés patrimonial relevante para un tercero y causara o no evitara, dentro del ámbito de protección que le fue confiado, un perjuicio patrimonial”.
En la otra causa, sobre los fondos del Banaleman, la Fiscalía puso a consideración de la Justicia un pedido de archivo de la causa por extinción de la acción, una de las dos vías que tiene el sistema paraguayo para dejar sin efecto la persecución penal, junto con la prescripción.
El abogado denunciante de los ahorristas, Pablo Cano, explicó a la diaria que ese mecanismo de extinción de la causa se aplica cuando pasó el doble de la cantidad de años de la pena máxima prevista por los delitos por los que que está imputado y señaló que, en este caso, se trata de delitos con máximas que no superan los seis años, por lo que quedan extinguidos a los 12.
Cano señaló que si bien el plazo se suspende cuando el imputado está en rebeldía, aun considerando el tiempo en que Peirano podría haberse presentado a la Justicia paraguaya voluntariamente, no alcanza para reclamar su imputación, por lo que se espera que la Justicia archive la causa.
Consultado sobre su opinión sobre qué podría pasar con la causa por la quiebra del Banco Alemán, Cano estimó que correrá “la misma suerte” porque “las salidas procesales son similares”. “Le están haciendo perder dinero al Estado, traer a un extraditado desde allá tiene su costo, lo tienen que hacer porque el proceso lo pide pero el dinero no se va a recuperar”.
Si bien se trata de dos causas distintas, los fondos del Banaleman funcionaban en el mismo edificio que el Banco Alemán y fueron abiertos a partir de una definición del Ejecutivo paraguayo, a través de la Comisión Nacional de Valores, que habilitó al grupo Peirano a invertir fondos de ahorro mutuo en el extranjero. Desde los fondos del Banaleman fueron desviados 40 millones de dólares pertenecientes a los ahorristas.
“Lo triste de todo esto es que los verdaderos perjudicados en este proceso no sólo vieron la extinción de la causa con los Peirano, sino también con los directivos del banco. Gente que estuvo manejando los fondos mutuos tuvo condenas en primera y segunda instancia, pero finalmente la SCJ los liberó a todos. No sólo perdieron sus ahorros, sino que nadie fue responsable del ilícito que se cometió, desaparecieron 40 millones de dólares y no hay una solo responsable, una sola persona condenada”, expresó.