El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) inauguró una nueva comunidad educativa en la Unidad 20 Salto. En la ceremonia estuvieron presentes el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, y el director de la Policía Nacional, José Azambuya, entre otras jerarquías del Ministerio del Interior.

La cárcel de Salto “forma parte del circuito de centros universitarios que funcionan dentro de las unidades penitenciarias para garantizar el derecho a la educación de los estudiantes privados de libertad”, destacaron desde el Ministerio del Interior. En línea con esto, la nueva comunidad educativa de la cárcel tiene cinco aulas y cuatro contenedores para cursos de primaria, secundaria y nivel terciario, con salones para tutorías entre pares. A su vez, la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) se instalará en la nueva comunidad con tres tecnicaturas: logística, turismo y técnico prevencionista. Además, cuenta con un área administrativa, espacio gastronómico, taller de corte y confección y espacio de inclusión digital.

Desde la cartera destacaron que toda la obra fue realizada con mano de obra de personas privadas de libertad. Los ladrillos fueron fabricados en la Unidad 16 Paysandú, los bloques fabricados en la Unidad 12 Rivera, las puertas se construyeron en la Unidad 5 cárcel de mujeres de Montevideo, y las aberturas se fabricaron en la Unidad 4 Santiago Vázquez (ex Comcar) y en la Unidad 6 Punta de Rieles.

Por otro lado, a partir de un fondo concursable para el desarrollo de infraestructuras culturales del Ministerio de Educación y Cultura, este espacio contará con equipos de imagen, sonido y luces para crear un espacio para desarrollo cultural.

El ministro del Interior explicó en una rueda de prensa que la suma de este espacio “tiene que ver con el enfoque dual; con el trabajo que estamos haciendo en las cárceles”. “Nosotros entendemos que para cortar de alguna forma el nivel de reincidencia que tenemos, en función del estudio académico que hicimos, que nos da que el 70% de las personas privadas de libertad, una vez que recuperan la libertad, al cuarto año el 70% vuelve a reincidir”, señaló, y resaltó que “es un número muy alto, es un número que nos preocupa, y por eso nos ocupa trabajar mucho en lo que tiene que ver con las cárceles”.

Por su parte, Luis Mendoza, director del INR, contó durante la ceremonia que “este nuevo espacio fue ejecutado y construido en forma mancomunada con todo el INR. Desde el diseño realizado por Arquitectura del INR, pasando por los insumos necesarios para la construcción del espacio”. Destacó que no fue sólo trabajo de la cárcel de Salto, sino “de diferentes unidades penitenciarias que colaboraron porque el INR es uno solo”.

Mendoza indicó que “a futuro la apuesta es continuar ampliando la fuerza educativa, dotándola de cursos y talleres que impliquen una mejora en el privado de libertad a la hora de volver a las relaciones con la sociedad”. Además, dijo que “hoy estamos construyendo alojamiento para 65 mujeres y 20 niños, mujeres privadas de libertad primarias y madres con hijos”. En este sentido, remarcó que “las obras tienen un valor fundamental porque son hechas por los propios internos”.