El juez en lo penal de 35º turno, Diego González, imputó con prisión a dos policías que participaron en el homicidio del adolescente de 14 años, al que le dispararon cuando viajaba como acompañante en una moto conducida por un muchacho de 17 años, en la zona del hospital Saint Bois.
González dispuso como medida cautelar la prisión preventiva por 180 días para Kate Viera, la funcionaria policial que disparó contra los jóvenes, y por un delito de encubrimiento al policía Eduardo Acuña, que estaba a cargo de la unidad, también con prisión preventiva por 180 días.
El fiscal especializado en Homicidio de primer turno, Carlos Negro, señaló que la investigación penal logró determinar que en la madrugada del martes, en Fernando Menck y Camino Colman, Juan Lemos, de 17 años, y Anthony Moreno, de 14, estaban conversando con tres adolescentes y decidieron ir en la moto a comprar algo dulce. En ese momento, el patrullero en el que viajaban los ahora imputados estaba trasladando al policía Elías Echenique a la seccional 24. Acuña conducía y Viera iba como acompañante.
“Cuando van a tomar Colman, delante de ellos ven una moto con dos personas, la camioneta policial los ve y circula detrás de ellos unos 50 metros. La moto dobla por Menck para ir al lugar de reunión. Cuando toman camino Menck, que es una calle de tierra, el chico que manejaba dijo que la moto había quedado acelerada, los policías venían con el barral encendido, sin sirena, sin voz de alto deciden acelerar y perseguir al ciclomotor, que nada había hecho más allá de aumentar su velocidad y no llevar casco”, expresó el fiscal Negro en la audiencia.
Negro relató que a los pocos metros el oficial Echenique escucha un disparo y ve que cae de la moto el acompañante, la moto sigue y la policía se acerca al chico y le dice: “¿Qué pasó? ¿No me digas que te asustaste?”. “Allí, deciden ingresarlo en el vehículo policial y Acuña les dice a sus colegas ‘acá nadie disparó’. Con esa consigna llegan al [hospital] Saint Bois y nada dicen de esto, simplemente que lo encontraron caído y no saben qué pasó; se estaba cumpliendo la consigna de Acuña de ‘acá nadie disparó’”.
El conductor de la moto cayó a unos 300 metros del lugar donde cayó Anthony, también herido de bala, y ahora se encuentra grave en el centro de tratamiento intensivo del Hospital Maciel. “Anthony iba filmando en vivo para Instagram mientras circulaba en la moto haciendo wheelie, y quedó registrada parte de la persecución, un breve diálogo que no se escucha muy bien, pero una de las interpretaciones es que Anthony le dice [al conductor de la moto] ‘no nos están correteando a nosotros’ y luego, casi inmediatamente, se escucha el grito desgarrador de Anthony, el celular vuela y continúa filmando”.
El fiscal señaló que la Policía Técnica hizo un relevamiento de la zona en la madrugada sin detectar elementos de los disparos, pero al día siguiente Echenique declaró que había escuchado el disparo del arma de la funcionaria. “A mí me costaron mucho las cosas que conseguí en la vida, tuve una infancia muy dificil y no voy a volver a eso, no voy a mentir”, habría dicho Echenique, según relató Negro en la audiencia.
Negro señaló que por la trayectoria de la bala se descarta la versión de la policía de que disparó hacia el piso, por lo que planteó la imputación de la policía por homicidio en modo de dolo eventual, por considerar que no tiene evidencia para determinar que tuvo la intención de matar a los adolescentes.
Además de la autopsia, la fiscalía mencionó como evidencia la pericia de las armas, que determinó que la única que tiene residuo de disparo es la de la mujer policía. “No puede escapar a ningún policía que accionar un arma en forma horizontal hacia adelante contra un vehículo en movimiento puede ocasionar una herida o la muerte”, señaló Negro. En cuanto a Acuña, la fiscalía planteó que varias veces dijo que no habían disparado y eso condicionó la actuación de los médicos y de la Policía Científica. Según el relato de Echenique, en un momento de la noche le dijo a Viera ‘vos disparaste’ y ella lo admitió.
“Quizás lo demás no estuvo bien, pero la intención no fue matar al muchacho”
La defensa de la policía, Ana Laura Stratagno, planteó que desde el patrullero los policías “avistan a dos personas encapuchadas, a alta velocidad, sin ninguna identificación y sin luces [...] ellos deciden hacer un registro, simplemente estaban cumpliendo con su deber. Deciden tirar un tiro hacia abajo cuando uno de ellos se da vuelta y brilla algo y ellos interpretaron ‘nos tiran’. La defensa de la policía dijo que por las características del camino es “imposible direccionar el arma”. “Quizás lo demás no estuvo bien, pero la intención no fue matar al muchacho, era disuadir porque ellos se vieron atacados”, expresó.
Por su parte, los abogados de Acuña, Yenifer Izquierdo y Juan Pablo Pisciottano, señalaron que el policía confió en la versión de su compañera, “que en todo momento dijo que ella no había tirado”. Pisciottano dijo que por eso Acuña mantuvo la versión de que no habían disparado. “Ni bien ocurre la caída de este menor, los agentes van a asistirlo, luego entregan sus armas a Policía Científica para que se realicen los exámenes correspondientes, se ponen a disposición, más allá de la versión de no haber disparado. El entregar las armas y prestarse a colaboración es mucho más compatible con haberle creído a su compañera, porque de haber disparado se estaría entregando a lo que se iba a evidenciar muy rápidamente”, sostuvo Pisciottano, y señaló que la fiscalía no le tomó declaración, por lo que no puede conocer su versión.
En tanto, Izquierdo se refirió a la versión de Echenique, que entiende compatible con la teoría de que Acuña no sabía que Viera había disparado. “Echenique relata que no vio el disparo, escuchó la detonación, cuando se escucha la detonación nadie dijo nada, nunca me imaginé que le había disparado, menos que le había pegado; según el testigo, lo que dijo el sargento fue ‘gurises, acá nadie tiró’, siguiendo la versión de su compañera que dijo ‘no le tiré’, ‘yo me callé, ella se calló y nadie dijo nada, pensé que se había caído’”.
Tras hacer algunas preguntas sobre la evidencia conseguida por la fiscalía, el juez accedió a la formalización del proceso contra ambos policías y señaló que la entrega de las armas por parte de los policías no fue voluntaria sino parte del protocolo. “En el caso de que yo compartiera la hipótesis de la defensa de Acuña de que nadie disparó, tendría que estar planteándome una hipótesis fantástica [...] tanto el adolescente que falleció como el que está lesionado fueron heridos por un disparo de arma de fuego, hoy en día hay evidencia para pensar que el arma que tenía Viera fue la que disparó”, señaló el juez.
Durante la discusión de las medidas cautelares, el juez González resaltó que “la Policía constitucionalmente y desde el punto de vista simbólico tiene unas funciones que cumplir y que están legitimadas socialmente, pero en este caso no cumplieron con el deber que la ley y la Constitución les exigía, hicieron exactamente todo lo contrario: en lugar de reprimir el delito, lo generaron, sin perjuicio de lo que vaya a pasar en el juicio, y actualmente tienen el estado de inocencia hasta que se demuestre lo contrario”.
“El delincuente más potente es el Estado”
El juez rechazó los argumentos de las defensas que buscaban que los imputados pudieran esperar el juicio en prisión domiciliaria: “Estamos frente a delitos cometidos con el uso del aparato estatal, por suerte no con respaldo del aparato estatal [...] como no estamos en una dictadura, un fiscal puede contar con el aparato policial para esclarecer delitos cometidos por la propia Policía [...] ese oscuro y triste pasado de nuestro país nos deja como enseñanza que cuando el Estado comete delitos es cuando se produce el mayor daño en una sociedad; hoy, en el mundo actual, lamentablemente el delincuente más potente es el Estado y eso lo vemos todos los días cuando abrimos las noticias y vemos guerras de un Estado contra otro”, comentó.
Las defensas de los imputados se molestaron con el juez porque en su fundamentación para determinar la prisión preventiva mencionó el caso de la trama generada por un equipo parapolicial para fortalecer la posición del exsenador Gustavo Penadés. Los abogados plantearon las diferencias de poder entre el exsenador y los policías imputados.
La audiencia, que se extendió por una hora y media, fue presenciada por los padres del adolescente asesinado, que en un momento debieron retirarse de sala por la crudeza del relato. Delante de ellos estaba Viera, quien permaneció la mayor parte de la audiencia cabizbaja, cubriéndose la cara, y más adelante Acuña, quien negaba con la cabeza cada vez que la fiscalía se refería a su participación en el hecho como un acto de encubrimiento.