La jueza departamental de primer turno de Rivera, Claudia Romano, inició este lunes el juicio oral por el femicidio de Bárbara Prieto, la joven de 24 años asesinada en abril en Rivera, cuando fue interceptada por un hombre de 20 años cuando se dirigía a su centro de estudios.

La fiscal del caso, Alejandra Domínguez, pidió una condena por homicidio muy especialmente agravado por haberse cometido con graves sevicias –en función de que, según señaló la fiscalía, el cuerpo de la víctima presentó varias heridas de arma blanca que reflejan la crueldad con la que fue asesinada– y contra una mujer por motivos de odio, desprecio o menosprecio, por su condición de tal.

La fiscalía plantea que si bien no había un vínculo entre el victimario y la víctima, el femicidio se concretó porque la víctima fue agredida sexualmente antes de ser asesinada.

En la acusación fiscal, Domínguez pidió una pena de 30 años para el hombre, la máxima prevista por el artículo 312 del Código Penal para el delito de homicidio muy especialmente agravado, más 15 años de medidas de seguridad eliminativas, previstas en el artículo 92 del Código Penal para los condenados que “por la excepcional gravedad del hecho, derivada de la naturaleza de los móviles, de la forma de ejecución, de los antecedentes y demás circunstancias afines, denuncien una gran peligrosidad”.

Según supo la diaria en la audiencia de este lunes, la fiscalía y la defensa del acusado presentaron sus alegatos de apertura y la jueza Romano recibió parte de las declaraciones de los testigos propuestos por la fiscalía, entre ellos los policías que llegaron al lugar del hecho y otros testimonios de personas que aportaron datos sobre la escena y el contexto en el que ocurrió el crimen.

El juicio continuará este martes con la presentación de las pericias y se van a reproducir las imágenes de las cámaras de seguridad que fueron claves para la detención del imputado, identificado como Anderson Isaías Sosa Escotto. Una vez presentada toda la prueba ante la jueza Romano, las partes presentarán sus alegatos de clausura y la fiscalía y la defensa del acusado tendrán derecho a réplica tras la intervención de la contraparte. El victimario, que debe estar presente durante todo el juicio, puede declarar en cualquier parte del proceso si así lo considera la magistrada, que culminado el debate debe ofrecer la palabra al acusado, que hasta ahora ha decidido no declarar ante la Justicia.

Cerrada la última audiencia del juicio, la jueza Romano puede dictar sentencia en el momento o hacer uso del plazo de 15 días reservado para casos complejos, según el artículo 271.7 del Código del Proceso Penal.

El martes 16 de abril Prieto salió de su casa en el barrio Mandubí de la ciudad de Rivera para ir al Instituto de Formación Docente, donde estudiaba, cuando fue interceptada por el victimario. La denuncia policial fue realizada sobre las 19.00 del mismo día por su hermano de 23 años, dado que la joven no contestaba el teléfono. Cuando la Policía revisó las cámaras del Centro de Comando Unificado Departamental encontró una situación sospechosa durante el recorrido de la joven, a la altura del shopping Melancia, donde horas más tarde se encontró el cuerpo de la víctima y varias de sus pertenencias. Mediante el seguimiento de las cámaras también se logró reconstruir el recorrido del victimario, al que horas antes del crimen se lo ve ingresando en varios lugares identificados como bocas de pasta base. Con el acusado fueron detenidas otras dos personas que, tras las primeras pericias, quedaron en libertad.