El Tribunal de Apelaciones en lo penal de cuarto turno confirmó la prisión preventiva para el profesor de Historia Sebastián Mauvezin, signado como el responsable de contactar a las víctimas en la causa que investiga al exsenador Gustavo Penadés por delitos sexuales, según informó El País y confirmó la diaria con fuentes judiciales.

La decisión de la Justicia rechazó los argumentos de la defensa de Mauvezin, que llevan adelante Daiana Abracinskas y Rosana Gavazzo y que apuntó a mostrar que no existían riesgos para el proceso si Mauvezin, imputado por siete delitos de contribución a la explotación sexual de menores de edad, pasaba a esperar el proceso judicial en prisión domiciliaria.

El tribunal planteó que la defensa de Mauvezin alude al artículo 284 del Código de Proceso Penal, que habilita a presentar una solicitud de libertad provisional en cualquier momento del proceso previo a la condena, pero durante la audiencia en primera instancia no presentó un incidente de excarcelación, sino la sustitución de las medidas cautelares.

“La defensa no acreditó por la vía de la oralidad argumentativa, menos aún a través de la producción de prueba, la desaparición del supuesto material constituido por la existencia de semiplena prueba respecto a la existencia de los hechos y a la participación del imputado en los mismos”, sostuvo el tribunal.

Además, señalaron que en la audiencia del 23 de setiembre la prisión preventiva fue prorrogada hasta principios de febrero y la decisión judicial no fue impugnada por la defensa de Mauvezin. “42 días después de la decisión no controvertida, la defensa de Sebastián Mauvezin promovió la convocatoria a audiencia para debatir el incidente excarcelatorio. Parece en principio, a los ojos de un observador razonable, un término reducido para la desaparición de los requisitos exigidos por el artículo 224.1 del CPP para imponer la medida cautelar de prisión preventiva”, agregaron.

En la sentencia, el tribunal plantea la vigencia de los riesgos procesales basándose en que Mauvezin “conocía a las víctimas, las captaba y posteriormente aseguraba que tuvieran acceso a Penadés” y que “en el teléfono del imputado estaba el flujograma que tenía el coimputado en el suyo”. Además, señalaron que “tres de las cuatro víctimas que involucran al imputado recibieron amenazas, lo que no parece responder a una situación fortuita o casual, sino a un propósito deliberado de amedrentarlas para torcer sus manifestaciones”.