Un policía fue asesinado este lunes en la madrugada mientras trabajaba en Marconi. Dos personas fueron imputadas por este crimen, que generó un disenso entre el Ministerio del Interior y uno de los sindicatos policiales por los protocolos y el uso del chaleco antibalas.
Gabriel Tenenbaum, sociólogo especializado en crimen organizado, dijo en su red social X que “la evidencia internacional es contundente: el aumento de la intervención directa de las fuerzas de seguridad en territorios de alta criminalidad, especialmente relacionados a drogas, aumenta los homicidios de policías”.
En diálogo con la diaria, Tenenbaum señaló que más allá del uso del chaleco antibalas, que es un objeto de protección que “trata de disminuir la probabilidad de ejercer violencia contra el cuerpo, ya sea lesión o muerte”, hay otro asunto de fondo que hay que tener presente y que está documentado en las experiencias latinoamericanas: “Hay una relación directa entre el aumento de intervención en territorio de criminalidad con la exposición al riesgo de morir o de sufrir lesiones”. “Esa es una relación que existe”, dijo, y agregó que “los datos son muy fuertes cuando se ve sobre todo en las experiencias de mano dura, sacando el caso de El Salvador, en el cual todavía tenemos poca información, o información distorsionada, y falta tiempo para conocer bien los sucesos, más allá de lo que ya sabemos”.
El experto indicó que es algo que pasa “sobre todo cuando hablás de una criminalidad que hace de la amenaza, el hacer morir y la crueldad parte de su repertorio de estrategias para dominar un territorio, disputar mercados, etcétera”. Entonces, “si vos aumentás la intervención en los territorios, el riesgo a una lesión o una muerte va a aumentar”.
“En eso no hay vuelta”, remarcó, y acotó: “Supongo que hay conciencia al respecto en el gobierno y en todo este tipo de actor político en distintos partidos que andan vociferando estrategias de mano dura de distintas maneras”. En este sentido, criticó que se hable sobre el tema “muy suelto de cuerpo sin saber las consecuencias que están por detrás; son varias y de distinto tipo”. “Para mí, la discusión de fondo es esa”, sentenció.
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Tenenbaum resaltó que “lo que todavía no estamos viviendo en Uruguay con tanta claridad como vivieron otros países es cómo en los enfrentamientos con la fuerza de seguridad empieza a caer sostenidamente, o, mejor dicho, en otras palabras, a aumentar sostenidamente, las muertes y las lesiones de funcionarios de la seguridad pública que se enfrentan a este tipo de crimen”.
Y advirtió: “Eso todavía no lo estamos viviendo en el país. Acá capaz que esto puede ser un caso excepcional, puede ser que no, no lo sabemos. No quiero decir que este caso sea algo que dé comienzo a otra cosa, todavía eso creo que no lo sabemos, pero sí hay que prestar atención”.
Asimismo, indicó que “el aumento de las muertes y las lesiones en la fuerza de seguridad pública con intervenciones directas” es un fenómeno que está ligado a otros como el aumento de “los servicios que ofrece Uruguay al crimen organizado internacional de las drogas ilegalizadas”, a los “indicadores de aumento de la crueldad en la forma de hacer morir” y al crecimiento de las cifras de homicidios.
Tenenbaum aclaró que esto “no quiere decir que no haya algún tipo de operación o estrategia táctica de represión”. “Evidentemente, necesitás en alguna medida la represión o la vigilancia en la calle, eso no podés evitar hacerlo, pero también hay otras formas de llevar adelante la pacificación de los territorios, que no tiene que ver con poner policías en la calle y, ni hablar, militares”, concluyó.