Este fin de semana, dos policías se suicidaron en 24 horas. Eran una mujer que trabajaba en una cárcel de Montevideo del Instituto Nacional de Rehabilitación y un hombre que trabajaba en la Jefatura de Policía de Tacuarembó. Ambos eran jóvenes.
El Sindicato de Policías Agremiados de Canelones (Sidepac) emitió un comunicado que tituló “La pandemia silenciosa convertida en escandalosa y el ‘vamos a cuidar a quienes nos cuidan’ convertido en silencio”.
“Dos policías en menos de 24 horas han decidido quitarse la vida, dos familias que hoy están lamentando las pérdidas, la Policía Nacional de luto. El Poder Ejecutivo, con su silencio institucional e inoperancia para tratar estos temas, ha logrado un manto de naturalización de esta problemática que se vive dentro de las filas policiales”, expresaron.
“Hace tiempo venimos denunciando la carencia de políticas claras en la materia, hemos denunciado la inoperancia de la Comisión de Salud Mental creada en el Ministerio del Interior, donde dirigentes de distintos sindicatos participantes de la misma, y que, por simple decoro, ya tendrían que haber dado un paso al costado de la dirigencia sindical”, apuntaron.
La directiva de Sidepac “sigue sosteniendo y profundizando el pedido de renuncia de la Dirección de Psiquiatría del Hospital Policial, así como de la dirección del Cavid [Centro de Atención a Víctimas del Delito, dirigido por Patricia Rodríguez, expresidenta del Sindicato de Funcionarios de Policía de Montevideo], y sus respectivas responsabilidades”.
“Es necesario y urgente que la Policía Nacional sea abordada inmediatamente con pesquisas sanitarias relacionadas con la salud mental, así como la obligación de terapia al menos una vez por mes para los funcionarios de la cartera, terapia paga por el Estado y con independencia técnica de él”, afirmaron.
En este sentido, señalan que “es preciso intervenir en las seccionales policiales con mayor índice de médicas psiquiátricas, y desde luego someter a mandos medios y jerarquías para ser evaluadas, sensibilizadas y formadas”.
“Tristemente, ejemplos como el que vimos en un canal de Salto, donde un jerarca policial minimiza la problemática de estrés asociada al trabajo policial, y en el pasado durante esta misma administración por otros voceros, son las cosas que no pueden existir más en la fuerza”, plantearon.
“El trabajo policial está atado continua y complejamente al estrés laboral, es imposible decir que un trabajador no sufre de estrés cuando la labor en sí es extrema y vive situaciones traumáticas continuamente”, argumentaron.
“El retorno de las prácticas y supuestos de la vieja Policía está dejando serias cicatrices en la institución, y lo más triste es que el Ministerio del Interior no reacciona”, sentenciaron.