Silvia y Virginia son las dos mujeres que fueron detenidas en un aeropuerto de Bolivia porque Virginia llevaba siete gramos de marihuana. Fueron encarceladas y tras meses de litigio judicial, Silvia, mamá de Virginia, fue liberada.
Tras salir de la cárcel de Obrajes, conocida como una de las peores cárceles de La Paz, Silvia grabó un audio que resolvió hacer para “pedirles ayuda”. Así fue que contó su historia: “En marzo fuimos con mi hija Virginia de viaje a Bolivia. Teníamos muchas ilusiones de conocer el Salar de Uyuni y el lago Titicaca. Pero todas esas ilusiones se convirtieron en una pesadilla infernal cuando fuimos detenidas y conducidas a la cárcel de Obrajes en La Paz”.
Silvia relató que “nuestra desgracia comenzó al regreso, cuando en el aeropuerto de La Paz encontraron en nuestro equipaje siete gramos de marihuana. Sí, lo sé. Sé lo que estarán pensando. Qué imprudencia, qué inconsciencia, qué irresponsabilidad. Sí, todo eso es cierto, pero la pesadilla que vivimos después y que nos tiene aún retenidas en Bolivia no la merece nadie”.
“Fuimos tratadas como narcotraficantes y del aeropuerto nos llevaron directo a una celda fría, oscura, durante cuatro días. La primera noche la pasamos abrazadas, llorando y con mucho miedo”, explicitó.
Luego, indicó que fueron trasladadas a Obrajes. “Estar presas en un país extraño, aisladas de nuestra familia y nuestros amigos, sin nadie a quien recurrir, en condiciones muy deprivadas y a 4.000 metros de altura es aterrador”, afirmó. Contó que “los días transcurren lentos y la incertidumbre es bestial” y que “el sueño es lo único que trae olvido y alivio”.
Silvia expresó que “con ayuda de mucha gente, en especial de la Embajada de Uruguay en Bolivia, pudimos sobrellevar esta situación sin enloquecer”. “Hoy estoy libre, después de 106 días presa, ya que se pudo demostrar mi inocencia”, celebró. Sin embargo, recortó que “Virginia sigue presa, aunque no debería estarlo, porque en Bolivia el consumo no se pena con prisión y en el caso de los extranjeros se los pena deportándolos a su país de origen”.
“Eso es lo que más deseamos, que la deporten y que mi hija vuelva a casa. Ella ahora está sola, desesperada, aterrada, con miedo de no salir nunca más de allí”, reclamó Silvia, quien aclaró que “no pedimos ningún privilegio, sólo que se cumpla la ley y que el jueves 11 de julio se haga la audiencia prevista para que Virginia pueda recuperar su libertad”.
Para cerrar, destacó y agradeció “el tratamiento procesal diligente que ha tenido el Juzgado de Sentencia de El Alto”. Concluyó planteando que “necesitamos ayuda de nuestro gobierno, de nuestra gente, ayuda para pedir que Virginia vuelva a casa pronto”.