La jueza en lo penal de 23er turno, Isaura Tórtora, condenó a 30 años de penitenciaría al militar en situación de reforma José Turco Arab en la causa que investiga el fusilamiento de cinco militantes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) en la localidad de Soca en diciembre de 1974, según informaron a la diaria fuentes judiciales.

Tórtora dispuso la condena de Arab como coautor de cinco delitos de homicidio muy especialmente agravados, dos delitos de privación de libertad, un delito de abuso de autoridad contra detenidos y un delito de suposición de estado civil.

En la sentencia, la jueza señala que el operativo que culminó en los homicidios fue perpetrado por el Departamento III del Servicio de Información y Defensa [SID], que integraban José Nino Gavazzo, Manuel Cordero, José Arab y Gilberto Vázquez, entre otros. En cuanto a la responsabilidad de Arab en los operativos, la sentencia se basa en el legajo del militar condenado por crímenes de lesa humanidad, en el que es elogiado por su desempeño en el análisis de la información de los operativos realizados en Argentina.

La sentencia cita un documento del SID en el que hace referencia a los procedimientos: “En un procedimiento antisubversivo llevado a cabo en la República Argentina se logró la incautación del documento que se adjunta [...] Se hace saber que este Servicio continúa procesando información en esta materia y que una vez finalizado dicho ciclo brindará los resultados que se obtengan”.

Además, cuenta con la declaración del militar en situación de reforma Manuel Cordero, que reconoció ante un tribunal de honor que estuvo “un año con el capitán Arab en Buenos Aires”, que se suma a otras declaraciones en el ámbito de la justicia militar de Gavazzo y Vázquez, en las que reconocen haber realizado operativos de inteligencia en Argentina como integrantes del SID.

Tórtora plantea que Arab, “en su calidad de agente del Departamento III del SID, participó en la detención y la extradición ilegítima de los ciudadanos uruguayos a nuestro país. Asimismo, participó en los interrogatorios efectuados a los mismos y en los actos que precedieron a la ejecución”. En cuanto a la participación de Arab en los delitos cometidos, la jueza plantea que su conducta se enmarca en la calidad de coautoría definida por el numeral 4 del artículo 61 del Código Penal, dado que “formaba parte de un plan sistemático y coordinado con el objeto de la persecución de los opositores al régimen de facto”. “El encausado, a sabiendas de su accionar, además de los delitos imputados, ocasionó la desaparición del estado civil del niño Amaral [García] y propició la creación de uno falso”, expresó la jueza.

La detención de las víctimas tuvo lugar en un operativo conjunto entre las fuerzas represoras de Uruguay y Argentina el 8 de noviembre de 1974 en Buenos Aires, cuando estaban festejando un cumpleaños en el barrio Once. Los detenidos fueron Graciela Estefanell, de 34 años; Héctor Brum, de 28; su cónyuge, María de los Ángeles Corbo, de 26; Floreal Amaral García, de 31 años; su cónyuge, Mirta Hernández, de 29; el hijo de ambos, Amaral García, de tres años, quien estuvo desaparecido durante 11 años, y Julio César Abreu, quien fue posteriormente liberado.

Los detenidos fueron maniatados, encapuchados y trasladados a un lugar de Buenos Aires conocido como El Garaje, en donde permanecieron detenidos y bajo tortura durante cuatro días. Después fueron trasladados clandestinamente a Uruguay y permanecieron privados de libertad en el centro clandestino 300 Carlos R, que dependía del SID.

“Floreal cuando se baja el pantalón tenía todo absolutamente quemado, uñas, todas las piernas, los testículos y el pene era una masa de carbón, labios, ojos, oreja, lengua todo, no sé qué parte no tenía quemada… Brum se movía también, a él no lo vi muy en detalle, lo vi con grandes quemaduras pero no en detalles como a Floreal… A Graciela sí la vi, estaba vestida pero la cara era toda quemada y toda inflamada...”, declaró Abreu, el único adulto sobreviviente de los fusilamientos.

El 20 de diciembre de 1974, Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, María Corbo y Graciela Estefanell fueron trasladados a la intersección de las rutas 70 y 9, en la localidad de Soca. Fueron ejecutados con armas de fuego en lo que intentó mostrarse públicamente como una respuesta al asesinato del coronel Ramón Trabal, exdirector del SID, perpetrada el día anterior en París, donde se desempeñaba como agregado militar de la embajada uruguaya en Francia.

El agente de Policía Técnica Roberto Verdier, que participó en el relevamiento del crimen, dijo que las víctimas habían sido “acribilladas a mansalva” y que “se encontraban con sus manos atadas a sus espaldas con hilo de nailon”.

Amaral fue entregado al matrimonio integrado por los miembros de la Secretaría de Inteligencia de Estado de Argentina Dorothy Gonella y José Antonio Moreno. Anotado como Manuel Moreno Gonella, permaneció con esa identidad hasta su identificación en julio de 1985 en la ciudad argentina de Formosa.