Durante su declaración ante Enrique Rodríguez, fiscal especializado en Lavado de Activos, el fundador de Conexión Ganadera, Pablo Carrasco, negó tener conocimiento sobre la parte contable de la empresa y dijo que en Conexión Ganadera él era “el vaquero” y Gustavo Basso quien tenía prestigio en el medio por sus negocios rurales. “Para mí, yo estaba en las mejores manos posibles, por el prestigio que el mercado le daba; después de eso se acumularon muchos años funcionando bien, los empleados más cercanos invertían, yo tenía muchas razones para confiar [...] convencí a mi hijo de que sus primeros ahorros los pusiera en la empresa”, comentó.

“Hoy soy otra persona después de la muerte de Basso; estoy dolorido, desilusionado, triste, en shock”, expresó ante el fiscal.

Carrasco dijo que la innovación de Conexión Ganadera en el mercado fue redistribuir los riesgos entre los inversores y los administradores de ganado, definiendo una tasa fija para el inversor y variable para el administrador, que era quien tomaba las decisiones sobre el ganado. “Conexión Ganadera es una idea mía, es sinónimo de haber cambiado un contrato histórico, de una forma que se pudiera masificar y utilizar. Lo que yo hice fue cambiar ese contrato para que la remuneración de quien ponía el ganado fuera fija y pequeña en proporción al valor que se generaba, y la remuneración del que tomaba todas las decisiones fuera variable y él cosechara lo bueno para él y pagara sus culpas para él”.

Según declaró, Conexión Ganadera comenzó pagando tasas de 14% para atraer clientes y posicionarse como empresa, pero luego esa tasa fue bajando hasta el 7%. Por otra parte, atribuyó el crecimiento del negocio –además de a la innovación en el contrato– a la elección de las operaciones en los períodos de la vida del ganado en lo que “el crecimiento de valor es casi inexorable”.

En cuanto a la faltante de ganado, Carrasco respondió: “Yo soy una persona hasta el 28 de noviembre y otra persona después, yo sólo conciliaba todos los animales que me entraban a mí, yo pedía mil y me entraban mil, para mí estaba bien”. Carrasco dijo que le parecía “innecesario” controlar a Basso: “Para mí era la persona que yo me había sacado la lotería, era mi referente y había crecido un disparate como escritorio rural, había hecho un frigorífico de cero, tenía todo lo que yo necesitaba para saber [...] meterme en eso otro no lo sabía hacer, mientras las vacas que yo pidiera vinieran y la plata que necesitaba para producir viniera; eso, repetido 25 años, era la razón de no preguntar por esas vacas”.

Además, dijo que se enteró después de la muerte de Basso de la deuda que había generado con el frigorífico Casablanca por unos 27 millones de dólares. “Después de que me enteré tampoco entendí [...] Me shockeó la cifra”, sostuvo Carrasco, y agregó que a mediados de 2023 Basso le había dicho que Casablanca les estaba debiendo, pero aseguró que no conoció la cifra hasta después. Según declaró, Basso le decía que debían mantener el vínculo para poder cobrar.

“Nosotros crecimos más o menos unas 5.000 hectáreas por año de arrendamiento y terminamos con esas 20 estancias, de las cuales Basso no conoció ninguna, él en eso tenía absoluta confianza en nosotros, él iba a negociar el precio pero no iba a las estancias a ver si era buena o mala, eso lo decidíamos mi señora y yo”, señaló, y dijo que tuvieron 40.000 vacas que producían unos 37.000 terneros.

Carrasco dijo que la cuenta bancaria de Hernandarias también era la cuenta personal de él y su señora. “Yo sé que está mal, nos faltó la capacidad profesional de dividir las cuentas y hacer las cosas como había que hacerlas”, planteó. Consultado sobre el apartamento que tienen a su nombre en España, Carrasco dijo que fue el único retiro que hizo en 25 años. “Conexión Ganadera para nosotros era una caja de ahorro; yo cobraba 1.500 dólares y 63.000 pesos de Conexión Ganadera, pero en 2022 nos pareció que teníamos que hacer un retiro una vez y eso se sacó de la acumulación de resultados de los balances de Conexión Ganadera, y fue en el entorno de un millón, un millón doscientos mil”.

Las declaraciones de Pablo Carrasco, su esposa, Ana Iewdiukow, y la viuda de Gustavo Basso, Daniela Cabral, fueron realizadas el 4 y el 5 de junio. Luego, el fiscal Rodríguez convocó una reunión con los tres indagados y sus abogados para informarles que convocaría a una audiencia de formalización –que se realizará después de la feria judicial– para solicitar a la jueza especializada en Crimen Organizado Diovanet Olivera la imputación por estafa.