En junio y julio de este año, nuestro compañero Sandro Pereyra estuvo 27 días en Rusia cubriendo la participación de la selección uruguaya en la Copa del Mundo. Pero hizo más que eso: “Fue un ‘estar’ marcado por el continuo movimiento, determinado por las distancias de los desplazamientos”, cuenta. Cada partido se disputaba a más de 1.000 kilómetros del anterior. “País enorme, distancias enormes, espacios enormes”, dice Sandro, que volvió impresionado por la amabilidad, la limpieza, el orden y los controles de seguridad que encontró en Rusia.
“Luego del estrés inicial, trámites, cambio horario, idioma, transporte, empiezas a ver o a intentar robarle algún recuerdo al viaje constante. De esas pausas, pasajes, pelota, tratan estas imágenes”.