Como saben, a la edición de enero la preparamos en diciembre. Por eso nos pareció una buena idea hacer un homenaje a Cinemateca Uruguaya desde nuestra tapa, ya que la inauguración de su nueva sede fue el evento cultural del mes en Montevideo, pero no sólo eso, sino la señal de una apuesta a largo plazo por parte de las instituciones estatales involucradas.

Tanto el complejo de nuevas salas de Cinemateca como —y muy especialmente— el Antel Arena, inaugurado un mes atrás, el 12 de noviembre, suponen inversiones que van a perdurar más allá de las orientaciones de los próximos gobiernos. La historia del complejo del SODRE, cuya remodelación comenzó a principios de los 70 y recién se pudo culminar en 2009, es un ejemplo de lo costoso que puede resultar la ejecución de proyectos de envergadura en la cultura, así como de lo valioso que resultan una vez puestos en funcionamiento.

Las tres obras —la nueva Cinemateca, el Antel Arena, el auditorio Adela Reta— ya asoman como íconos de esta época en la que, más allá de las posibles insuficiencias, el Estado ha apostado fuerte a la promoción cultural, tanto en forma de subsidios a la creación y el consumo como en la gestión, el mantenimiento y la creación de infraestructura habilitante. Con nuestra tapa quisimos homenajear este proceso, que es también un comienzo.

Hay, además, otros recorridos en esta edición. Como todos los veranos, la revista abunda en ficciones: cuentos, historietas, humor para acompañar las vacaciones o para hacer menos duro el trabajo en verano. O para proyectarnos. Si, como dice la nota sobre la Feria de la Alasita, de Bolivia, por esta época imaginamos a escala lo que queremos hacer el resto del año, estas lecturas, después de todo, también son inversiones.