A poco de que la revista cumpla seis años —eso será el mes que viene—, en este número estrenamos una nueva historieta que, de alguna manera, reflexiona sobre la política argentina durante la década del 90. Cuando asumió Mauricio Macri, muchos pensaron que se podría estar ante el retorno de aquella época de impronta consumista y antiindustrialista, aunque pronto los traspiés del actual gobierno argentino dirigieron las comparaciones al período inmediatamente posterior, aquel en el que Fernando de la Rúa fue presidente.

Tal vez eso haya alejado a los 90 de nuestra atención, pero lo cierto es que merecen revisarse, ya que fueron años de grandes transformaciones culturales. Fue entonces cuando el neoliberalismo se impuso en casi todo el continente, y sin duda lo hizo en el Río de la Plata, durante los gobiernos de Carlos Menem y Luis Alberto Lacalle y sus políticas espejadas. Algo muy importante, sin embargo, diferenció a aquellas presidencias: mientras que en Argentina las privatizaciones fueron uno de los ejes de la política económica, en Uruguay un conjunto de organizaciones sociales y sectores políticos de la oposición consiguió derogar, mediante un plebiscito realizado en 1992, la ley que permitía la enajenación de las empresas púbicas. Aunque la tercerización de servicios siguió siendo una práctica habitual en muchas reparticiones estatales uruguayas, lo cierto es que la situación argentina funcionó como una advertencia para la opinión pública oriental.

No sería extraño que algo similar ocurriera este año, en que habrá elecciones presidenciales en ambos lados del Río de la Plata (y en el que, además, los días de votación tanto de la primera como de la segunda vuelta coinciden en las dos orillas). Seguramente con mayor intensidad en Uruguay que en Argentina, la campaña electoral y la performance gubernamental del país vecino se convertirán en tema de debate y propaganda.