La Juventud Uruguaya de Pie fue un movimiento político animado por jóvenes de derecha entre 1970 y 1974, señalado como “fascista” por las izquierdas y algunos sectores liberales. Recogiendo tradiciones del ruralismo, del nacionalismo y del anticomunismo, fue importante protagonista de la reacción conservadora ante el ascenso de la izquierda, a la que señaló como portadora del “caos” y de la “antipatria”.
En virtud de la polarización política reinante radicalizó su discurso, promoviendo algo que ha sido históricamente difícil en Uruguay: movilizar a los sectores juveniles más conservadores, con particular incidencia en el interior del país.
En aras de constituirse en un movimiento político autónomo, enunció un proyecto caratulado de “revolución nacional” que lo llevó a anhelar un ajuste militar de signo “falangista”.
Cuatro meses antes del golpe de Estado la JUP proclamó que “siempre es a último momento un pelotón de soldados el que salva la civilización”. Desde ese discurso y esa práctica se volvió permeable a los impulsos de impronta violentista desde dentro (sectores de su propia militancia) y desde fuera (fracciones extremistas de los partidos tradicionales, organizaciones fascistas, cuerpos represivos estatales, agencias de inteligencia extranjeras), que no quiso o no supo contener.
La violencia derechista no estatal que entre 1971 y 1973 sacudió al país, encontró en la JUP el depositario natural de todo señalamiento, por ser la organización de derecha de mayor visibilidad en su época. Los estudios sobre la JUP son muy escasos y la reconstrucción de su historia aportará a una reflexión más completa acerca de los dilemas del “pasado reciente”.